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sábado, 27 de agosto de 2016

Matutina de Jóvenes: Agosto 27, 2016

EL PONTÍFICE


Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios.    2 Corintios 5:20



Había una vez, dos hermanos que vivían en granjas contiguas. Durante más de cuarenta años trabajaron juntos, compartieron sus equipos y se ayudaban mutuamente. Un día, un pequeño
malentendido devino en un gran problema, que finalmente explotó en un intercambio de insultos.
Duraron meses sin cruzar ni una palabra entre ellos.

Pasado el tiempo, Julio, el hermano mayor, se hallaba en su granja cuando llegó un hombre con una caja de herramientas.

-Estoy buscando trabajo -dijo el hombre- ¿Tendrá usted algo en lo que pueda ayudarlo?

-Pues la verdad, sí-respondió Julio- ¿Ve usted esa zanja que está allá? Ese es el límite entre mi granja y la de mi hermano. Él la mantiene profunda para evitar que yo cruce. Quiero que me construya una cerca tan alta que nadie pueda mirar la granja de mi repugnante hermano.

-Muy bien, amigo, de inmediato comenzaré a trabajar. Solo necesito que me consiga una pala para abrir los hoyos en la tierra y comenzar la obra.

Cuando el hombre se puso a trabajar, Julio se fue a la ciudad. Al regresar, se quedó pasmado al ver lo que había hecho. En lugar de una cerca, el carpintero había construido un puente; y del otro lado del puente estaba el hermano menor, que al ver llegar a su hermano extendió sus brazos y dijo:

-Hermano, después de todo lo que te he hecho en los últimos meses, me parece increíble que aún quieras reconciliarte conmigo. Es hora de dejar todo atrás.

Los hermanos se encontraron en la mitad del puente y se abrazaron. Y el  carpintero se alistaba para marcharse con su caja de herramientas.

-¡Espere! No se vaya, quédese unos días, tengo más proyectos para usted -dijo Julio.

-Me encantaría quedarme -respondió el carpintero-, pero tengo más puentes que construir.

¿Qué nombre le darías al carpintero de esta historia? Yo lo llamaría “El pontífice”, pues esta palabra significa “el que hace puentes”. Tú y yo hemos sido llamados por Dios a hacer puentes, a restaurar relaciones, pues nuestro Pontífice, Jesús, construyó un puente para acercamos a Dios. ¿Qué esperas? Empieza hoy a edificar puentes que nos unan con los demás.

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