Buscar...

sábado, 13 de agosto de 2016

Matutina de Menores: Agosto 13, 2016

EN LOS NEGOCIOS DE DIOS


¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Lucas 2:49.



José y María se levantaron temprano. Se apresuraron a través de las puertas de la ciudad y se encaminaron hacia el Templo. Mientras se mezclaban con la multitud, de pronto se detuvieron.
Oyeron una voz familiar, clara y musical. “No podían equivocarse; no había otra voz como la suya, tan seria y ferviente, aunque tan melodiosa” (El Deseado de todas las gentes, p. 6o).

Corrieron hacia la escuela de los rabinos y, efectivamente, ¡allí estaba Jesús!, justo en medio de todos aquellos entendidos doctores y maestros; ambos preguntando y respondiendo preguntas. Cuando entraron en la habitación, amablemente sonrieron y saludaron a esos sabios eruditos. Luego, llamaron la atención de Jesús y le indicaron que era hora de irse.

Con una mirada de alivio, José y María escoltaron a Jesús hacia afuera. Cuando estuvieron lejos de todos, María enfrentó a su hijo: “¿Por qué nos has tratado en esta forma? Tu padre y yo te hemos buscado por todos lados”.

Señalando con su dedo hacia el cielo, Jesús respondió con las palabras de nuestro texto para hoy. Por primera vez, Jesús mostró que debía su lealtad a alguien más que a su padre terrenal. ¡Dios era su Padre! ¿Por qué habían estado buscándolo? Estaba haciendo exactamente lo que había venido a hacer. Pero, ellos habían abandonado sus deberes. Dios les había dado un gran honor al confiarles el cuidado de su Hijo; no debieron haberse olvidado de él ni por un momento. Y como estaban tan interesados en sus propios asuntos…

¡Se olvidaron de él por todo un día! Habían estado muy ansiosos por encontrarlo, pero cuando lo hicieron, en lugar de aceptar su culpa, ¡responsabilizaron a Jesús!

La visita de Pascua había sido tan apasionante para Jesús que ahora quería estar solo. “Deseaba volver tranquilamente de Jerusalén, con aquellos que conocían el secreto de su vida” (ibídp. 6l).

Mientras las multitudes se iban a sus hogares, sus conversaciones se distanciaban de las cosas espirituales. Como muchos hoy en día, pronto se olvidaron del propósito de su visita, y estaban riendo y hablando de otros asuntos. Jesús realmente quería hablar con sus padres terrenales sobre su misión.

Hoy, todavía anhela compartir con nosotros las cosas profundas de los negocios de su Padre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario