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lunes, 22 de agosto de 2016

Matutina de Jóvenes: Agosto 22, 2016

CLARA Y EL ÁNGEL


Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Daniel 6:20



Clara Barton, la fundadora de la Cruz Roja Estadounidense, se encontraba en la cubierta del barco Mattie Bell supervisando una operación en el Río Mississipi. Cuando ya estaban a punto de zarpar, un
extrañó se le acercó y le dijo: -Señora Barton, ¿me da premiso para ir con ustedes en el barco?

-Permiso denegado -respondió Clara.

Más tarde Clara se dio cuenta de que el hombre estaba a bordo, y le dijo al capitán del barco que lo bajara inmediatamente. Por suerte el capitán ignoró la orden. Cuando llegó la noche, la niebla dificultó la navegación por el río. El capitán no lograba ver nada y la embarcación corría un gran peligro. Aterrorizada por aquella situación, Clara comenzó a orar. Entonces el extraño personaje se le acercó y le dijo: -Dentro de unos momentos el barco se hallará frente a una grieta mortal. Vaya y dígale al capitán que se detenga.

Impresionada por las palabras del hombre a quien ella le había negado el permiso de subir al barco, Clara habló con el capitán y anclaron el barco en la orilla. Al día siguiente se dieron cuenta de que iban directo a una grieta de quinientos pies. Cuando salieron del asombro, Clara ordenó que buscaran al hombre. ¿Y sabes qué pasó? Tras haberlo buscado cuidadosamente, uno de los marineros le dijo:

-Señora Clara, ese hombre no está en el barco.

Desde ese día, hasta que murió el 12 de abril de 1912, Clara Barton creyó que un ángel había salvado el Mattie Bell.

En Daniel capítulo 6 se cuenta la historia del profeta que fue lanzado al foso de los leones. Dios no impidió que su siervo fuera enviado al foso; más bien decidió librarlo cuando Daniel ya se encontraba en el foso. ¿Cómo lo hizo? Fíjate bien en lo que dice el texto bíblico: “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran daño” (Daniel 6:22).

Quizás tú no has tenido una experiencia tan asombrosa como la que tuvo Clara Barton; pero lo cierto es que día tras día Dios ha enviado su ángel para protegerte de los ataques de Satanás. Sin duda alguna, hoy también lo hará.

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