Buscar...

miércoles, 31 de agosto de 2016

Matutina de Adultos: Agosto 31, 2016

"PRUÉBALOS DE NUEVO, POR PRIMERA VEZ – 2"


«¡Confíen en el Señor, y serán librados!¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!». 2 Crónicas 20: 20, NVI



ME CRIÉ COMO ADVENTISTA del séptimo día de quinta generación y me convertí en un redicador de cuarta generación en esta comunidad de fe. Por ello, puede que suene algo incongruente
que te diga que no tuve un encuentro con Jesucristo de forma duradera hasta convertirme en un estudiante de posgrado en el seminario. Dios usó las enseñanzas de uno de mis profesores para poner en mi corazón la convicción de una desesperada necesidad espiritual que venía ignorando durante mis primeros años de la vida adulta.

Con culpa angustiosa busqué a ese profesor en una escalera del edificio del seminario. Cuando empecé a desahogar mi corazón, su respuesta inmediata fue brusca, pero dirigida por el Espíritu: «Ponte a leer El camino a Cristo. Ponte a leer El camino a Cristo». Yo había contado con un oído atento, pero él me envió, en vez de ello, a un libro. Sin embargo, hoy estoy muy agradecido de que lo hiciera. Porque, en nuestro apartamento había una edición para el Ejército y la Marina de El camino a Cristo que tuve que leer en octavo de primaria para bautizarme. Lo saqué de mi estantería y empecé a releer lentamente ese viejo clásico. Y, al probarlo de nuevo por primera vez, descubrí que el título del libro en inglés (Steps to Christ, «pasos hacia Cristo»  era una profecía que, por su propia naturaleza, se cumplía sola. Para mí, realmente se convirtió en pasos frescos y nuevos hacia Cristo.

Partiendo de aquel renacimiento espiritual, por así decirlo, Dios empezó a guiar mi viaje a la vida de devoción/adoración/oración centrada en la relación que ya he compartido en este libro. Y a raíz de ese viaje despertó en mi corazón un aprecio nuevo y más profundo del ministerio de Elena G. de White. Por eso quería compartir contigo lo que hemos compartido estos últimos días. Verdaderamente, hay una correlación espiritual empírica entre leer los escritos de esta mensajera para los elegidos en este momento de la historia y nuestro caminar con Dios. Roger Dudley y Des Cummings, Jr., acabaron su investigación (destacada ayer) con esta conclusión: «Rara vez un estudio de investigación encuentra la evidencia tan intensamente escorada hacia una conclusión. En la encuesta sobre el crecimiento de la iglesia, en cada elemento individual que aborda las actitudes o las prácticas personales [de la vida espiritual], el miembro [de iglesia] que estudia regularmente los libros de Elena G. de White tiende a sacar mayor puntuación que el miembro que los lee solo ocasionalmente o no los lee nunca» (Ministry, octubre de 1982, p. 12).

¿Tiene que ver todo esto, entonces, en quiénes de nosotros sacan mejores puntuaciones? ¡Más bien no! Pero, dadas la urgencia de los tiempos en los que vivimos y la promesa de nuestro texto de hoy, ¿por qué no íbamos a querer los elegidos el don en concreto que Dios eligió personalmente para nuestro éxito espiritual y para nuestra misión escatológica?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario