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miércoles, 13 de julio de 2016

Matutina de Menores: Julio 13, 2016

ENFRENTANDO EL LAVADO DE CEREBRO BABILÓNICO


Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñará cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3.



A pesar de que la maldad y la idolatría se habían extendido en Judá, todavía había quienes amaban y confiaban en el Señor.

Cuando los ejércitos feroces de los babilonios invadieron la tierra, algunas de estas personas honestas decidieron esconder el arca de Dios. Por los pecados de Israel y de Judá, el arca nunca más sería recuperada por ellos.

Jeremías había predicho que muchos israelitas estarían cautivos en Babilonia durante setenta años. Entre los que primero habían sido tomados como prisioneros, estaban algunos de estos justos. Conocemos los nombres de cuatro personas jóvenes que estaban en este gmpo: Daniel, Ant-mías, Misael y Azarías.

Estos muchachos nunca regresarían a su tierra natal. Pero Dios, en su sabiduría, tenía planes para ellos. Quería que todos aquellos que lo amaban mostraran a los paganos cómo era él realmente. En su compasiva providencia, estaba poniendo en marcha los eventos que causarían que el mundo entero conociera quién era, y que también darían a su propio pueblo una OPORTUNIDAD para arrepentirse.

El rey Nabucodonosor estaba decidido a llevar a la corte de Babilonia a la mejor gente de cada país que había conquistado. Y le gustó lo que vio en estos cuatro jóvenes del linaje real de Judá. El rey dio por sentado que, a la larga, se darían cuenta de que los dioses de los babilonios eran superiores. El hecho de que había conquistado a los hebreos y tomado sus utensilios sagrados de la casa de Dios y los había puesto en los templos babilónicos, parecía ser prueba suficiente.

Así que, la primera cosa que hizo Nabucodonosor fue cambiar los nombres de los muchachos por otros, de dioses paganos. Daniel recibió el nombre de Beltsasar. A Ananias le pusieron Sadrac. Misael fue llamado Mesac, y Azarias ahora tenía que escuchar que lo llamaran Abed-nego.

¿Te puedes imaginar a los muchachos probando sus nuevos nombres? 

Pero no solamente obtuvieron nuevos nombres paganos, también tenían que asistir a la universidad de Babilonia y aprender todo sobre las costumbres y la religión paganas. Sin embargo, lo que Nabucodonosor no tuvo en cuenta era el hecho de que el Señor puede mostrar cosas increíbles a aquellos que se aferran a su confianza en él.

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