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martes, 28 de junio de 2016

Matutina de la Mujer: Junio 28, 2016

Los cinco lenguajes del amor 5ª parte


«¡Qué gratas son tus caricias!» (Cant. 4: 10).



EL DOCTOR Chapman finaliza su libro* con un consejo acerca de los cinco lenguajes del amor que hemos de aprender a hablar para tener hogares sólidos y felices. Ese consejo es expresamos
físicamente a través de besos, abrazos y, por supuesto, de relaciones sexuales positivas y satisfactorias. Para muchos hombres, este es su lenguaje preferente del amor y, si su esposa no lo habla, se sienten inseguros.

Tocar a tu cónyuge de manera cariñosa es una expresión de amor, especialmente si lo haces como a él le gusta. Este toque no necesariamente ha de ir asociado al sexo; puedes poner la mano sobre el hombro de tu marido mientras le sirves un vaso de agua, o rozarte con él cuando se cruzan en algún lugar de la casa, tal vez darle un beso cuando te separas de él en la iglesia, o un masaje en el cuello cuando está manejando…

Tocar el cuerpo de tu esposo es tocarlo a él; alejarte del cuerpo de tu esposo, es alejarte de él. Por eso el contacto físico es un poderoso comunicador del amor, en los buenos y en los malos tiempos. Cuando todo va bien, un abrazo es la guinda del pastel; cuando emocionalmente estamos mal, nada más acogedor que un abrazo de la persona que amamos. Si has crecido en un entorno en el que no se manifestaba mucho el amor físicamente, tal vez te cueste aprender este lenguaje, pero recuerda que tienes de tu lado al gran Maestro de las emociones humanas y de la vida de éxito.

El amor es una decisión, es someter nuestra voluntad a la de Dios y aprender de él, cuyo carácter es amor. Si tal vez por el camino has perdido de vista la definición del verdadero amor, y albergas dudas por causa de tu experiencia, te recuerdo este mensaje clave de la Biblia para que reflexiones sobre él a lo largo de este día y del resto de tu matrimonio: «Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportado todo» (1 Cor. 13: 4-7).

 Intentemos dar a nuestro cónyuge la certeza de que lo amamos usando los lenguajes del amor más eficaces.

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