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jueves, 16 de junio de 2016

Matutina de Adultos: Junio 16, 2016

EL IMAX APOCALÍPTICO


«Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y todos los pueblos del mundo llorarán al ver que viene el Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo». Mateo 24: 30, 31, LPH



¿HAS ESTADO ALGUNA VEZ embelesado en un cine IMAX, con su sonido envolvente y su pantalla gigante de ocho pisos de altura? El sonido produce tal vibración en las paredes y la pantalla
es tan enorme que es como si realmente estuvieras atravesando el Gran Cañón por el aire o en el interior de ese avión acrobático dando vueltas o encima del transbordador espacial con el estruendo del despegue. Hay verdad en la publicidad del sistema IMAX: es la mejor alternativa a estar allí.

En nuestro texto de hoy, Mateo ¡nos presenta una imponente pantalla IMAX cuando los cielos explotan «con gran poder y gloria» (el término griego traducido «poder» es la misma de la que deriva nuestra palabra «dinamita»! De una altura de más de ocho pisos, ¡el telón de Mateo llena literalmente cada milímetro del cielo llameante con un Jesús que vuelve acompañado de varios millares de millones de ángeles! ¿Y los efectos de sonido? Bueno, ni siquiera un millón de altavoces de sonido envolvente haría justicia a ese glorioso acontecimiento.

Es más, Mateo consigna el asombroso anuncio de Jesús en el sentido de que todo el globo será testigo de su regreso: «todos los pueblos del mundo» —o, según la descripción del Apocalipsis, «Todos lo verán con sus propios ojos» (1: 7, NVI)—. ¡Cada hombre, mujer y niño de este planeta lo verá regresar!

Entonces, ¿cómo rayos ha adquirido tanta popularidad la enseñanza del «rapto secreto» entre los creyentes en la Biblia de nuestros días? Dos cortas frases de Mateo llevaron a la antibíblica conclusión. En primer lugar, Jesús comparó su regreso con un ladrón en la noche (Mat. 24: 43). «¡Ajá! ¿Ven? ¡Viene en secreto!». Pero, ¿es eso lo que quiere decir Jesús? En absoluto. Sus palabras inmediatas son: «Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis» (vers. 44). La efectividad de los ladrones no está en su silencio o en su secretismo, sino, más bien, en que no se los espera. Nunca envían una postal anunciando el momento de su llegada prevista. En segundo lugar, Jesús describió a dos personas juntas en su venida: «uno será tomado y el otro será dejado» (vers. 40, 41). Dejados atrás concluyó que ser dejado significa una segunda oportunidad, pero Jesús es absolutamente claro: los dejados no son dejados para que prosigan sus actividades, porque no quedan con vida, según pone ampliamente de manifiesto el repaso por parte de Jesús de las historias del diluvio y Sodoma y Gomorra (vers. 37, 38; Luc. 17: 28-30).

¿Qué quiere decir Jesús? Ahora es el único momento de seguir a Jesús. Y ese es el significado de estar preparado.

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