Buscar...

miércoles, 18 de mayo de 2016

Matutina de Jóvenes: Mayo 18, 2016

¿Cuántos han leído…?


<El hombre justo que odia la mentira> (Proverbios 13: 5).



Te contaré un anécdota de Arthur Schopenhauer, el destacado filósofo alemán, que ha llegado a se muy famoso a causa de si recalcitrante pesimismo. Un día, mientras enseñaba filosofía en la
Universidad de Berlín, el renombrado erudito les dijo a sus estudiantes:

-Oigan, muchachos, me gustaría saber cuántos de ustedes conocen a fondo mi ensayo sobre el poder que ejerce la materia en las relaciones humanas.
De inmediato, varios de los alumnos levantaron sus manos, y orgullosamente afirmaron haber leído detenidamente el ensayo de su maestro.
-¡Muy bien! –exclamó Schopenhauer-. Gracias a ustedes podré abordar el tema con conocimiento de causa. Sin embargo, la verdad es que yo nunca he escrito nada sobre el poder de la mentira…
El noveno mandamiento es muy claro: <<No digas mientras>> (Éxodo 20: 16). En uno de sus grandes consejos el sabio Salomón agrega: <<Evita el decir cosas falsas; apártate de la mentira>>  (Proverbios 4: 24). Lo primero que hizo Satanás cuando habló con Eva en el Edén, fue mentirle al asegurarle que si ella comía del fruto prohibido llegaría a ser como Dios. Satanás es mentiroso desde la fundación del mundo. Por eso Jesús lo identifico como <<el padre de la mentira>> (Juan 8: 44). Cuando prestamos nuestros labios para extender tan solo una mentira, tengamos en cuenta que al hacerlo nos estamos identificando como hijos de ese <<infernal padre>>. ¿Es eso lo que quieres para ti? ¡Me imagino que no!
Quizá la mentira de los estudiantes de Shopenhauer parezca un hecho insignificante, incluso hasta la podríamos considerar como una <<mentira piadosa o blanca>>. No obstante, tienes que saber que uno de los problemas de esos pequeños deslices es que, como dice un proverbio judío, <<el castigo de un mentiroso es que aun cuando diga la verdad, no se le escucha>>. O como lo expresa el tristemente célebre Friedrich Nietzsche: <<Lo que me preocupa no es que hayas mentido, sino que de ahora en adelante ya no podré creer que ti>>.
Hay mucho en juego aun en la mentira más inocua. Pídele al Señor que te ayude a ser como los cierto cuarenta y cuatro mil, que <<no se encontró ninguna mentira en sus labios>> (Apocalipsis 14: 5).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario