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jueves, 22 de octubre de 2015

Matutina de la Mujer: Octubre 22, 2015

Sistema de posicionamiento espiritual


Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: “Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda’’. Isaías 30:21



¿Te ha sucedido alguna vez que no encuentras el camino para llegar a algún sitio? Te confieso que más de una vez me he perdido, queriendo encontrar un lugar, después de dar muchas vueltas sin éxito alguno. Es cierto que hoy los dispositivos GPS son muy útiles y te ahorran muchos dolores de cabeza, pero ¡créeme que algunas veces he querido lanzar el aparato por la ventanilla! Al mismo tiempo, ¡qué consolador resulta saber que estamos en el camino correcto!

Una de las primeras visiones de Elena G. de White consistió en la descripción del pueblo adventista andando hacia la Patria celestial. El camino era estrecho y lleno de peligros, pero el pueblo de Dios avanzaba firme, siguiendo la luz que iluminaba el sendero. A pesar de las circunstancias adversas, gran parte del grupo conservaba el ánimo y la esperanza en el Señor. Pero varios creyentes tropezaban. Algunos volvían a levantarse, pero otros caían al precipicio y ya no tenían salvación. El trayecto no era fácil, aunque tampoco imposible, y el pueblo logró llegar a su destino.

Es fácil perder el rumbo en este mundo de distracciones. A veces olvidamos que somos parte de ese pueblo que avanza hacia las mansiones celestiales, siguiendo la ruta marcada por el Padre celestial. Aunque la vida cristiana a veces se vuelve desafiante, no hemos de salimos del camino y tomar un “atajo espiritual”, o buscar nuevas rutas. Es muy doloroso ver cómo alguna amiga o conocida de la iglesia se aleja del camino, tropieza o se despeña espiritualmente.

Aunque a veces quisiéramos que hubiera muchos cambios en la iglesia, porque los consideramos necesarios, si por la mente cruza la idea de abandonar el camino y probar nuevas rutas, hay que tener cuidado. En momentos así, es tiempo de escuchar el suave susurro del Padre celestial diciéndote: “Este es el camino, andad por él”.

Que Jesús te conserve fiel, te guíe en el camino al cielo, y te ayude a conducir a otras mujeres por esa ruta.— Gabriela Hernández de Medina.

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