Buscar...

jueves, 23 de julio de 2015

Matutina de la Mujer: Julio 23, 2015

Osos Golosos


Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela. Salmo 34:14



Llegamos al campamento y era muy rústico. Debíamos caminar con las provisiones y el equipaje a cuestas; no había electricidad, ni agua, ni baños cerca. Las montañas del norte de Georgia, Estados Unidos, invitaban a la aventura. Armamos las carpas, cenamos y dormimos.

A la mañana siguiente, después del desayuno, nos alejamos del campamento para las actividades espirituales. De repente, alguien llegó corriendo y gritando: “¡Un oso estaba robando la comida!”.

Durante todo el día los osos continuaron acercándose y entrando en el campamento. Por la tarde rompieron una carpa, y ahí tomamos medidas: trasladamos a las personas de la sección atacada a una más segura. Se nos instruyó que, después de cenar, apartáramos del campamento todos los alimentos y lo que tuviera aroma a comida, aun pasta dental, lápiz labial y la ropa de cocina.

Cenamos, convivimos y nos preparamos para la tormenta que amenazaba empaparnos. A las primeras gotas, nos fuimos a dormir. Todos excepto Carlos. Él hizo guardia casi toda la noche.

Me desperté de madrugada y ya no llovía; las fogatas se habían apagado y ya no se oía a Carlos. En cuestión de minutos, el silencio se interrumpió. Me levanté rápidamente. ¡Los osos golosos andaban entre nosotros! Pronto entendí la razón de su presencia: no habíamos sacado todos los alimentos del campamento. Allí había comida, bolsas de basura, botellas con jugo y refrescos. Algunos solo habían cambiado sus pertenencias de lugar, otros las habían amarrado a un árbol, otros las habían escondido donde no se vieran, pero no habíamos apartado totalmente los alimentos de nosotros.

A veces hacemos lo mismo con los pecados y los malos hábitos. Se nos ha enseñado que nos apartemos de ellos, pero no obedecemos; quizá los ocultamos, los cambiamos de lugar o nos convencemos de que no es necesario “ser tan estrictos” al separarnos de ellos. Después vienen las consecuencias, que nos roban la paz y la tranquilidad. Todo por no haber apartado el pecado de nuestra vida cuando se nos instruyó.

¡Revisa tu “carpa” antes de que lleguen los “osos golosos” y te roben el sueño y la paz!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario