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domingo, 28 de junio de 2015

Matutina de la Mujer: Junio 28, 2015

El Lenguaje de una Flor: Poder de Dios


Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles. Cantares 2:1



Todo comenzó con un ministerio para hacer arreglos florales para mi iglesia. Me parecía poco digno tener mi casa arregladita, mientras la casa de Dios quedaba sin una ofrenda, que elevara los pensamientos de los asistentes a la belleza de su Creador. Poco a poco los miembros donaban dinero para que cada sábado hubiera un arreglo. Así tuve suficientes flores. Cuando sobraban rosas, las preparaba en tamaños pequeños, con mensajes individuales.

Se enviaban a los enfermos de la feligresía; luego se extendió a familiares no conversos de los miembros de iglesia. Recuerdo un caballero de setenta años, que no pisaba el templo. A menudo le enviaba una rosa o un arreglito. Ya me conocía, y esperaba los envíos. Con el tiempo, su esposa tomó estudios bíblicos, y decidió sellar su pacto con Dios.

Una tarde, una de sus hijas me dijo: “Papi no viene a la iglesia. Nosotros quisiéramos que él estuviera en el bautismo de mami. Pienso que si tú lo invitas y le dices que estarás allí, él aceptará”. Lo puse en oración y le extendí la invitación. La semana siguiente, después del bautismo, tuve la grata oportunidad de verlos abrazados como esposos.

Durante los dos años siguientes, continué enviando esporádicamente rosas a quien ahora tenía el privilegio de llamar mi amigo, y a quien el pastor de su pueblo visitaba constantemente. Una tarde me informaron que se había enfermado y estaba hospitalizado. Pocos días después murió. Cuando fui a la funeraria, la hija me comunicó una noticia que estremeció mi corazón: “En el hospital, papi les hablaba a los pacientes de Cristo, y se declaraba adventista, porque esperaba la venida del Señor”. ¡Gloria a Dios! Al que los hombres no pudieron alcanzar, una rosa sí pudo.

Muchas veces perdemos pequeñas oportunidades que podrían instar a algunos a tomar grandes decisiones, como es el hacer un pacto con el Señor para salvación y vida eterna. Amiga, adorna tu vida con los lirios de los buenos pensamientos, regala el mensaje implícito en la rosa de Sarón. No importa cuán pequeño te parezca el medio, no dejes de mostrar el amor y poder de Dios con lo que digas y hagas, como lo hizo esa rosa.

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