Buscar...

lunes, 22 de junio de 2015

Matutina de la Mujer: Junio 22, 2015

Un Bálsamo Suavizador


La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor. Proverbios 15:1



El poder de nuestras palabras en la familia es un tema que debe captar toda nuestra atención, y debería inducirnos a ser cuidadosas con lo que decimos. Esto significa, conectar la lengua con el cerebro antes de hablar. No hemos de olvidar que el padre, como sacerdote, y la madre, como maestra de la familia, ejercen una tremenda influencia sobre los hijos, que se manifestará doquiera estos se encuentren: en la escuela, en el parque o en la iglesia.

Desde que tenía catorce años colaboré en las divisiones infantiles de la iglesia como ayudante, y después como maestra. Durante más de veinte años, he visto con tristeza cómo los corderitos del Señor han perdido poco a poco los valores más elementales, como el respeto y la cortesía. Eso es solo un reflejo de lo que ven y practican en el hogar. Es decir, parece que la mala influencia de los padres destruye lo que se les enseña en la iglesia: “Debido a la gran falta de piedad y santificación en el hogar, se estorba grandemente la obra de Dios. Nadie puede llevar a la iglesia una influencia que no ejerce en su vida familiar” (Conducción del niño, p. cap. 81, p. 532).

El remedio consiste en que los padres ayudemos a nuestros hijos a remontar esta espiral descendente en la que han caído, para que la familia retome el camino de regreso a la patria celestial. Y como Jesús es el único camino al Padre, hablemos como él. Se dice que “sus palabras bondadosas eran como un bálsamo suavizador… A una persona tal, desalentada, enferma, tentada y caída, Jesús dirigía palabras de la más tierna compasión, palabras que eran necesarias y podían ser comprendidas” (El Deseado de todas las gentes, cap. 9, p. 73).

Si en el trabajo y en la calle nos mostramos educadas y respetuosas, ¡cuánto más deberíamos hablar palabras bondadosas, corteses y libres de asperezas a los miembros de nuestra familia! ¿Acaso no merecen aquellos con los que vivimos, muestras de nuestros mejores modales?

Recuerda que los niños aprenden del ejemplo, y que te imitarán. Pide hoy al Señor que te ayude a ser amable con tu familia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario