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miércoles, 17 de junio de 2015

Matutina de Adultos: Junio 17, 2015

Así alumbre vuestra luz


“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:14-16).



El sermón del monte fue pronunciado por Jesús en la ladera de una colina que formaba un anfiteatro natural, por eso pudo ser escuchado por la multitud presente. Elena de White dice que acababa de salir el sol y su luz iluminaba las casas, de modo que los oyentes de Jesús podían, girando la cabeza, comprobar la verosimilitud de lo que el Maestro decía.

“Vosotros sois la luz del mundo”, nos parece una palabra sorprendente porque Jesús está aplicando a sus discípulos algo que, en un sentido absoluto, solo le corresponde a él: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12). Por consiguiente, los discípulos solo podemos reflejar la luz de Cristo y para ello necesitamos vivir en perfecta relación con él. El apóstol Pablo dice a los Efesios: “Antes vivíais en la oscuridad; pero ahora, al estar unidos al Señor, vivís en la luz. Portaos como quienes pertenecen a la luz” (Efe. 5:8, DHH). Elena de White afirma: “La humanidad por sí misma no tiene luz. Aparte de Cristo somos un cirio que todavía no se ha encendido […] no tenemos un solo rayo de luz para disipar la obscuridad del mundo. Pero cuando nos volvemos hacia el Sol de justicia, cuando nos relacionamos con Cristo, el alma entera fulgura con el brillo de la presencia divina” (El discurso maestro de Jesucristo, p. 36). Y una aclaración pertinente, Jesús no dijo que esas “buenas obras” deban servir para exaltar el mérito humano, sino para “glorificar a vuestro Padre que está en los cielos”.

¿Cuáles son las buenas obras a las que se refiere Jesús? Elena de White nos da la respuesta: “Las pruebas soportadas con paciencia, las bendiciones recibidas con gratitud, las tentaciones resistidas valerosamente, la mansedumbre, la bondad, la compasión y el amor revelados constantemente son las luces que brillan en el carácter, en contraste con la oscuridad del corazón egoísta, en el cual jamás penetró la luz de la vida” (ibíd., p. 40).

Hoy tienes el privilegio de ser un canal de luz para iluminar la vida de otras personas. Acepta al Señor en tu vida para que su luz brille a través de tus acciones y palabras a lo largo de este día.

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