Buscar...

miércoles, 11 de marzo de 2015

Matutina de la Mujer: Marzo 11, 2015

Llamada inoportuna


«De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Mateo 25:40



Habíamos ido a la pizzería para celebrar el fin de un ciclo de evangelización. Mientras comíamos, mi esposo recibió una llamada telefónica de uno de nuestros hijos, que nos pedía permiso para alojar en nuestra casa, esa noche, a un grupo de jóvenes europeos que acababa de conocer. Nos recordó que durante un recorrido que él había hecho por Europa, muchas personas desconocidas lo habían ayudado, y él quería corresponder aquella hospitalidad. Mi esposo me consultó, ¡y yo me opuse! Pero ¡él ya había aceptado! Entonces, comenzó el dilema pues mi esposo no quería ahogar esa iniciativa de nuestro hijo. Salimos de la pizzería, rumbo a casa, pero yo gemía de temor.

Cuando miré la furgoneta de los chicos, me impresionaron los colores extravagantes de la carrocería.  Parecían hippies. Me presenté, pero no fui muy amable. . . Tratando de aliviar la tensión, mi hijo comentó que una de las muchachas había viajado a Cuba, que es mi país natal. Aun así, mis nervios no me permitían ser amable. Les pedí que cocinaran en sus ollas, para que no usaran las mías. Y me encerré en mi cuarto. Entonces, mi hijo fiie a buscarme: “Mami, tú no eres así -me dijo-. Tú me enseñaste a amar a mi prójimo”.

Yo le hice ver que no los conocía, que podían hacernos daño. Para tranquilizarme, él oró conmigo y le pidió a Dios que me infundiera confianza de que no tendríamos problemas. Yo seguía asustada. Les dije que durmieran en la planta baja, y metí lo que pude en mi cuarto, por temor a que nos robaran o a algo peor. En la mañana, al despertarnos, todo estaba normal. Les pedí perdón por mi actitud, y les expliqué que aquí en los Estados Unidos ocurren muchas cosas malas. Ellos me comprendieron. También le pedí perdón a Dios, y le rogué que me ayudara a aprender de esa experiencia.

Anhelo ser como Jesús, quien no se guiaba por apariencias sino por principios. Recordé el pasaje que dice: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario