Buscar...

sábado, 7 de marzo de 2015

Matutina de Adultos: Marzo 7, 2015

Noé halló gracia


«Pero Noè halló gracia ante los ojos de Jehová». (Génesis 6: 8)



A pesar de ser un personaje controvertido para algunos, Noè tiene para noso­tros un gran valor espiritual, que solo se puede entender si lo situamos en los parámetros de una historia real y no como el actor de una escena de ficción. En realidad, Noé tiene mucho que enseñarnos.

Noé es hijo de la esperanza. Lamec, su padre, le puso por nombre Noé que significa consuelo, descanso, diciendo: «Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos» (Génesis 5: 29). Lamec vio profètica­mente en su hijo un reformador de la inmoralidad reinante, tal vez el libertador prometido a Eva. Pero Noé también es objeto de la gracia divina. Noé es considerado «hombre justo, era perfecto entre los hombres de su tiempo» (6: 9). ¿Pero fue en realidad un hombre justo, íntegro, perfecto? No. Noé fue de­clarado justo porque «halló gracia» palabra significativa que vemos aparecer aquí en un contexto de inminente aplicación de la justicia divina a una genera­ción de pecadores. Noé es un ejemplo de todos los que, como afirma el Nuevo Testamento, hallan la salvación en Cristo, por la gracia de Dios.

La Biblia dice también, «caminó Noé con Dios» (6: 9). Caminar con Dios es la experiencia de la comunión con él, es mantener una relación constante, fortalecer los lazos de un verdadero compañerismo. Elena White afirma: «Su relación con Dios le comunicaba la fuerza del poder infinito» (.Patriarcas y profetas, pág. 83). Por eso, se convirtió en un «hombre de fe» (Hebreos 11:7) y creyó sin tener ningún elemento tangible: construyó un arca en tierra seca, anunció un diluvio antes que la humanidad conociese la lluvia como un «pregonero de justicia» (2 Pedro 2: 5). Durante ciento veinte años predicó el dilu­vio: «Cada martillazo dado en la construcción del arca era un testimonio para la gente» (ibíd.). Pero a pesar de la sinceridad de su predicación, no obtuvo fruto de su mensaje, sin embargo, no cesó hasta que las puertas del arca fueron cerradas y, dentro de ella, se salvaron él y su familia.

Noé es una viva ilustración del proceso salvador que Dios sigue con los mortales, el es un tipo de Cristo porque, como él, predicó el arrepentimiento y construyó el arca, la iglesia, donde el mundo embarca para navegar con Jesús, nuestra salvación; y como él, nosotros hemos de anunciar a nuestra generación que los juicios de Dios y la redención final están a las puertas.

Hoy es tiempo de proclamar al mundo que hay un Dios en los cielos dis­puesto a perdonar y rescatar a los seres humanos de su propia destrucción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario