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miércoles, 11 de febrero de 2015

Matutina de Menores: Febrero 11, 2015

La petición correcta


Experimenta: Si esta noche al acostarte a dormir, Dios te hablara y dijera que pidieras lo que quisieras porque te lo dará, ¿Qué pedirías?

Una noche, después de haber dedicado un día completo a un impresionante servicio de adoración ofrecido al único Dios todopoderoso, el rey Salomón se fue a acostar con una preocupación. Cuando se durmió, Dios lo despertó muy suavemente y le dijo:

- Salomón, Salomón, despierta. Pídeme lo que quieras, porque yo te lo voy a dar.

Para Salomón, la voz de Dios fue inconfundible. Lo había adorado todo el día y podía reconocerlo. Aunque era el rey… ¡quería tantas cosas! Pensó muy bien su respuesta y pidió a Dios que le diera sabiduría.

Si por tu mente acaba de pasar la idea de que Salomón fue muy tonto porque no le pidió a Dios riquezas, casas, carros o poder, deberás saber que a Dios le encantó la petición. Sabiduría era lo que más necesitaba el rey para gobernar sobre aquel enorme pueblo rebelde.

Dios le concedió en abundancia la sabiduría que pidió… y también todo lo que, inteligentemente, no pidió. El rey Salomón fue el hombre más sabio de la historia y también fue el más rico y poderoso del mundo.

Salomón pidió bien, porque sin sabiduría el dinero se acaba muy pronto y el poder sin sabiduría, convierte a las personas en los peores seres humanos que hay sobre la tierra.

¿Qué pedirás hoy a Dios? ¡Debes saber pedir! Una tablet o un teléfono nuevos, sin sabiduría, serán tu perdición. Una amistad sin sabiduría puede ser tu ruina. Un permiso para salir con tus amigos, sin sabiduría, puede llegar a ser una tragedia. No importa lo que desees con todas tus fuerzas. Antes que todo, pide bien, pide a Dios que te dé sabiduría.

«Aquella misma noche, Dios se apareció a Salomón y le dijo: “Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré”» (2 Crónicas 1:7)

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