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viernes, 6 de febrero de 2015

Matutina de Jóvenes: Febrero 6, 2015

No te dejes engañar


El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia. 2 Corintios 10:14, 15.



La Palabra de Dios nos revela que, a fin de llevar a cabo sus planes, el enemigo de Dios y del hombre emplea, como arma magistral, el engaño. Se disfraza de bienhechor, aparenta querer darte bienestar y felicidad, pero solo tiene planes de destrucción para ti:

“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mat. 24:24).

“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apoc. 12:9).

“Después vi otra bestia [un poder demoníaco] que… hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo… y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer” (Apoc. 13:11, 13, 14).

En todos estos textos inspirados, los elementos en común que aparecen son el engaño y la mentira, y una de las herramientas favoritas del enemigo es apelar a lo milagroso (lo sensacional, lo espectacular), para deslumbrar los sentidos y seducir nuestro espíritu. La pregunta, sin embargo, es quién está detrás de cada manifestación milagrosa.

“Y entonces se manifestará aquel inicuo [un poder al servicio de enemigo]… cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos… a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tes. 2:8-12, los énfasis son míos).

¿Amas la verdad, el bien, la justicia? ¿O lo más importante para ti es “pasarlo bien”, tus placeres, tus logros personales, suplir tus necesidades materiales, estatus, una pareja amorosa, y todo “a cualquier precio”, como si lo que más te importara es lo que te suceda aquí y ahora?

Pero Dios te invita a saber que hay una realidad más segura y feliz más allá de esta existencia terrenal. Apuesta tu vida a Dios.

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