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martes, 3 de febrero de 2015

Matutina de Jóvenes: Febrero 3, 2015

El terrible experimento de la rebelión


Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles. Apocalipsis 12:7.



Como dijimos ayer, hasta la eternidad hay cosas que no podrás comprender hasta que Dios te las explique cara a cara. Pero una cosa sí es clara en la Revelación de Dios: todo el sufrimiento es producto del terrible experimento de la rebelión y de que estamos en un planeta rebelde, que se ha independizado de Dios y de su gobierno.

La Biblia revela que antes de la creación de nuestro planeta, un ser angelical, Lucifer, creado perfecto, sabio y hermoso cuestionó el derecho de Dios a gobernar a sus criaturas inteligentes. En su imaginación, elaboró la hipótesis de que tanto él como sus compañeros angelicales podrían ser más felices, podrían alcanzar un nivel mayor de desarrollo y de plenitud si se independizaban de Dios y pasaban a ser ellos mismos su propio centro de referencia moral, si afirmaban su propia voluntad como absolutamente soberana en sus vidas. Como se hace con toda teoría científica, para corroborar su corrección, creyó que habría que refrendarla mediante la experimentación: se inició entonces “el terrible experimento de la rebeldía”.

“La rebeldía de Satanás, cual testimonio perpetuo de la naturaleza y de los resultados terribles del pecado, debía servir de lección al universo en todo el universo de las edades futuras. La obra del gobierno de Satanás, sus efectos sobre los hombres y los ángeles, harían patentes los resultados del desprecio de la autoridad divina. Demostrarían que de la existencia del gobierno de Dios y de su Ley depende el bienestar de todas las criaturas que él ha formado. De este modo, la historia del terrible experimento de la rebeldía sería para todos los seres santos una salvaguardia eterna destinada a precaverlos contra todo engaño respecto de la índole de la transgresión”. —Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Buenos Aires: ACES, 1999), p. 553 (el énfasis es mío).

¿Te sumarás a este terrible experimento o confiarás en la sabiduría y el amor infinito de Dios, y en que el hecho de que Dios gobierne en tu vida es lo mejor que te puede suceder? Tienes que tornar una decisión.

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