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lunes, 9 de febrero de 2015

Matutina de Adultos: Febrero 9, 2015

La Palabra de Dios no está encadenada


«En el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; pero la palabra de Dios no está presa».(2 Timoteo 2: 9)



 El templo adventista de Valladolid (España) está situado en la calle Lope de Vega, junto a lo que fue la casa de la Santa Inquisición y muy cerca del “quemadero”, el lugar donde se ejecutaba a los condenados a muerte, en la puerta del Campo, hoy plaza de Zorrilla. Allí, el 8 de octubre de 1559, se llevó a cabo un auto de fe en presencia del rey Felipe II frente a miles de testigos: Don Carlos de Seso, gobernador de la ciudad de Toro, uno de los primeros representantes del protestantismo castellano, fue ejecutado. Era un hombre de origen italiano que, posiblemente, había aceptado la fe evangélica en Nápoles, en el grupo del humanista Juan de Valdés. Durante el famoso proceso inquisitorial contra el arzobispo Bartolomé de Carranza, primado de España, alguien lo delató, para luego ser apresado y juzgado por la Inquisición de Valladolid. Antes de morir en la hoguera, conminado a abjurar de su fe luterana, registró el notario de la Inquisición: «Digo y concluyo que en solo él confío y a él adoro, en él me abrazo y a él tengo por único tesoro mío; y puesta mi digna mano en su sacratísimo costado, voy por el valor de su sangre a gozar las promesas por él hechas a sus escogidos por ello no quiero morir negando a Jesucristo» (Ignacio Tellechea, EL Arzobispo Carranza, I, pág. 147-148).

Aunque el inquisidor general, Fernando de Valdés, detuvo el avance de la Reforma protestante en España durante el siglo XVI, la Palabra de Dios no pudo ser encadenada ni quemada en la hoguera. Aparecía en el Índice de libros prohibidos de 1551, pero siguió siendo introducida furtivamente desde el centro de Europa por buhoneros, como Julián Hernández, Julianillo, en el doble fondo de toneles de vino. ¡España no se quedó sin la esperanza de las Escrituras! Y hoy, en la misma calle que alguna vez fue una zona de terror, se proclama fervientemente el pronto regreso de Jesús a este mundo.

¡Nada podrá someter a su Palabra! «La palabra de Dios no está presa» cuando otras prisiones y otras cadenas pretenden impedirle su entrada en los corazones humanos.

Deja que el poder de la Palabra te fortaleza y te brinde la orientación, la actitud y el valor que necesitas para conducir tu vida.

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