Buscar...

viernes, 6 de febrero de 2015

Matutina de Adultos: Febrero 6, 2015

La Biblia y la libertad


«Dios entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: “Si vosotros apelmacéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”». (Juan 8: 31-32)



Conocí a Jean Henri Weidner en los actos de clausura de nuestra Facultad de Teología de Collonges (Francia). Horrorizado por el exterminio de miles de judíos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, Weidner organizó en su juventud una red secreta no violenta, la Dutch-Paris, para salvar judíos introduciéndolos clandestinamente en Suiza.

Mientras buscaba una nueva ruta ara llegar a España y luego huir a Inglaterra Weidner y otra persona fueron detenidos en Toulouse (Francia) y encerrados en el cuartel general de los Milicianos, cuerpo militar francés colaboracionista. Después de ser brutalmente torturados, los arrojaron en un calabozo en el quinto piso del edificio. Algunas horas más tarde, entró un oficial quien le preguntó reciamente:

-¿Es usted protestante?

-Soy adventista del Séptimo día –respondió Weidner-. Pero, ¿por qué me hace esta pregunta?

-He encontrado esta Biblia en el bolsillo de su chaquete –dijo con firmeza el militar- Yo soy católico y tengo mucho respeto por la gente que lee la Biblia. Estudié en la universidad de Montpellier con compañeros evangélicos y ellos leían diariamente la Biblia. Yo los admiraba.

Al escuchar esas palabras, Weidner se alegró de tener la costumbre de llevar siempre su Biblia consigo. Entonces, otro oficial se acercó para comunicar a los prisioneros que los alemanes irían a buscarlos al día siguiente para ejecutarlos. Pero cuando el oficial católico y él se quedaron de nuevo solos, este les dijo:

-Quisiera hacer algo por vosotros pero…

Entonces, Weidner se armó de valor y le dijo:

-¡Ayúdanos a escapar! ¡Trasládenos al entresuelo del edificio! Desde allí podremos acceder a las ventanas que dan a la calle.

Así lo hizo. A las seis de la mañana, Weidner y su compañero de prisión saltaron desde un balcón a la calle y huyeron, alcanzando la libertad propiciada por la providencia divina.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario