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martes, 13 de enero de 2015

Matutina de Menores: Enero 13, 2015

Nuevo nombre


Experimenta: ¿Tienes alguna mascota? ¿Cómo se llama?

Me contaron la historia de un perro muy particular. Bueno, el perro era como cualquiera; su nombre era el particular. Se llamaba Estoyloco. Cuentan que sus dueños lo encontraron abandonado en un parque cuando era muy pequeño, lo llevaron a casa y, a los pocos días, se dieron cuenta de que era demasiado activo y destrozaba todo cuanto aparecía delante de él. Un día, mientras paseaban al perrito, un vagabundo lo miró y dijo que le parecía que ese perro podía gri­tar: «¡Estoy loco! ¡Estoy loco!», y así fue como decidieron llamarlo.

¿Imaginas qué pasaba cada vez que llamaban al perro por su nom­bre? Sus dueños gritaban con todas sus fuerzas: «¡Estoyloco!», cuando querían que dejara de romper sus zapatos o lo llamaban a comer. Para todo el vecindario, no solamente el perro estaba loco, también cada uno de los que vivían en esa casa, porque todo el día gritaban: «¡Estoyloco!», ya fuera dulcemente para hacerle cariños, o enojados para regañarlo.

Elegir el nombre de una mascota parece muy insignificante. Sin embargo, dice mucho de lo que sus dueños piensan sobre ese animal en especial. Por ejemplo, mi tío llamó a un perro Solovino porque llegó solito a la puerta de su casa y a otro de sus perros, Goliat, porque era un pastor alemán enorme y bravo.

Si elegir un nombre para un animalito es especial, lo es aún más escoger el nombre de una persona, ya que el nombre nos identifica e imprime rasgos de personalidad.

Para Jesús los nombres son importantes. El tuyo es muy importan­te para él. Prometió que cuando llegues al cielo te dará una piedrecita blanca con un nombre nuevo. Me pregunto cuánto tiempo llevará a Jesús encontrar el nombre adecuado para cada uno de nosotros. ¿Cuál será mi nombre en el cielo?

Estoy segura de que el nombre que elija Jesús dirá a todo el que lo escuche que nos ama y tiene planes especiales para nosotros por la eternidad. Espera en Jesús a que llegue aquel día prometido, porque tendrás un nuevo comienzo, una nueva vida y una piedrecita blanca con un nombre nuevo lleno de significado.

«¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los que salgan vence­dores les daré a comer del maná que está escondido; y les daré también una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce sino quien lo re­cibe» (Apocalipsis 2:17).

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