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sábado, 24 de enero de 2015

Matutina de Jóvenes: Enero 24, 2015

¡Qué buena suerte tienen estos psicóticos!


Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero. Isaías 46:9, 10.



Una de las series televisivas más populares de los últimos tiem- pos ha sido Dr. House. Su protagonista principal, un genio de la medicina, es a su vez un acérrimo enemigo de la religión, incrédulo, nihilista e irreverente. Conversando con uno de sus ayudantes médicos acerca de un joven paciente que creía recibir mensajes directos de parte de Dios, House sentencia: “Si habla con Dios, es un místico; si Dios le habla a él, es un psicòtico”.

Sin embargo, la Biblia está llena de afirmaciones, por parte de sus autores, especialmente bajo el fenómeno de la revelación profètica, de haber visto y escuchado a Dios o a sus mensajeros, los ángeles. La explicación que el mundo incrédulo da para estas descripciones es que, de haberles sucedido (es decir, si no fueron un embuste armado por mercenarios religiosos, como vimos ayer), los escritores bíblicos habrían sido todos unos pobres psicóticos con delirios místicos o alucinaciones, seguramente potenciados por el pensamiento mágico de la época y la neurosis obsesiva universal y paranoica que produciría la religión, según la opinión de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis.

Sin embargo, estos más de cuarenta “psicóticos”, que escribieron a lo largo de quince siglos, han consignado en la Biblia centenares de profecías de corto, mediano y lejano cumplimiento, que se han corroborado de una manera inequívoca en la historia. ¿Cuál es el grado de probabilidad de que un conjunto de varias decenas de psicóticos, a quienes hoy en día internaríamos en una institución psiquiátrica, haya “inventado” decenas y decenas de anuncios con tan “buena suerte” que se cumplieron de manera cabal en los anales de la historia? ¿Hasta dónde puede llegar la casualidad, si es que existe, en estas cosas?

Lo más maravilloso es que estos “psicóticos” aseguran que estas profecías, que se cumplieron con “tan buena suerte”, les fueron reveladas directamente por Dios. Te desafío a estudiarlas por ti mismo.

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