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jueves, 22 de enero de 2015

Matutina de Jóvenes: Enero 22, 2015

Dios habla


Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas… Hebreos 1:1.



Cuando hablamos de Dios, nos referimos a un ser personal, con inteligencia, voluntad y afecto. Entonces, ¿no es razonable pensar que querrá comunicarse con nosotros?

Por otra parte, no podemos negar que el mundo en que vivimos nos muestra que no todo es racional, bondadoso y amoroso. Notamos una aparente contradicción en esta revelación general de Dios, el mundo natural. Es una revelación imperfecta, insatisfactoria. Necesitamos, si la hubiere, una revelación más específica que nos dé cuenta de aquello que no comprendemos, y nos revele las grandes respuestas de Dios a nuestras preguntas más acuciantes sobre nosotros, el mundo en que vivimos, y la presencia del mal y del dolor en el mundo.

La Biblia responde a estas preguntas, y lo primero que afirma, en un categórico autotestimonio, es no solo que Dios existe, sino también que ese Dios creador y personal SE REVELA, se comunica con sus hijos mediante lo que en teología cristiana se ha dado en llamar REVELACIÓN ESPECIAL: las Sagradas Escrituras.

Los autores bíblicos, en forma consistente, transmiten su mensaje afirmando que lo que escribieron no fue por iniciativa propia, sino producto de una revelación. Afirman haber recibido revelaciones especiales de Dios, y que lo que escribieron es “Palabra de Dios”.

Frente a esta autoafirmación, hay cuatro posibles conclusiones: 1) los escritores bíblicos (son más de cuarenta) eran embaucadores que le hicieron creer a la gente que hablaban en nombre de Dios; 2) eran gente de escaso nivel cultural que, de acuerdo con los pocos avances intelectuales de su época, tenían un “pensamiento mágico”, que les hacía atribuir a Dios sus propias producciones literarias y su mensaje oral; 3) eran delirantes místicos, esquizofrénicos que tenían alucinaciones visuales y auditivas; o 4) ellos REALMENTE recibieron revelaciones de Dios, y su mensaje es la voz de Dios que nos habla en forma escrita.

¿Qué piensas de todo esto? Es un gran desafío para tu mente y para tu espíritu dilucidar si realmente la Biblia es el mensaje de Dios para tu vida, pero vale la pena.

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