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sábado, 10 de enero de 2015

Matutina de Adultos: Enero 10, 2015

Nustros cabellos están todos contados


“Guiaré a los ciegos por un camino que no conocían; los haré andar por sendas que no habían conocido. Delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz y lo escabroso en llanuras. Estas cosas les haré y no los desampararé” (Isaías 42:16)



Dios no es el responsable de todo lo que ocurre en este mundo, pero interviene con frecuencia para paliar, mitigar o impedir las consecuencias del mal gobierno de los hombres: esto es la providencia. Es la disposición que Dios toma ante un hecho acontecido para componerlo o remediar el daño que pueda resultar. Es el cuidado y la sabia previsión que Dios tiene de sus criaturas en un mundo de eventualidades dolorosas. La providencia divina es el antídoto del mal en el mundo, Dios ofrece soluciones y alternativas, Dios cambia las circunstancias, escribe recto sobre los renglones torcidos que le damos los hombres. La providencia nos permite conocer alternativas que no habíamos previsto. “Presentad todos vuestros planes a Dios, a fin de que él os ayude a ejecutarlos o abandonarlos según lo indique su providencia. Aceptad los planes de Dios en lugar de los vuestro, aunque esta aceptación exija que renunciéis a proyectos por largo tiempo acariciados. Así, vuestra vida será siempre más y más amoldada conforme al ejemplo divino, y “la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestro corazones y vuestros entendimiento en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7) (Testimonios para la iglesia, tomo 7, pág. 46).

            El alcance de la providencia divina, implícita en la frase del profeta Daniel “pero hay un Dios en los cielos”, fue tratada por el mismo Jesús en el Sermón del Monte: “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados […] Vosotros pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud, porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas” (Lucas 12: 29-30). Las soluciones más convenientes, las salidas más insospechadas, los cambios más prodigiosos son los que da el Señor nos tiene a menudo preparados en su extraordinario libro. “En el libro de la providencia divina o volumen de la vida, se nos da a cada uno una página. Esta página contiene todo detalle de nuestra historia. Aun los cabellos de nuestra cabeza están contados. Dios no se olvida jamás de sus hijos” (El deseado de todas las gentes, pág. 280).

            Agradece hoy a Dios sus tiernos cuidados hacia ti. Él te conoce mejor que nadie.

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