Buscar...

lunes, 29 de diciembre de 2014

Matutina de la Mujer: Diciembre 29, 2014

Sus obras continúan


“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Apocalipsis 14:13



Hay dos cosas extraordinarias que se viven en el Instituto Adventista del Uruguay (IAU) los amaneceres y los atardeceres. Mi casa da al fondo del Instituto y está adornada de limoneros que le dan un tono amarillo y verde al paisaje. Desde mi patio puedo ver la herrería y el campo que se pierde a distancia.

Cada mañana, cuando voy caminando a la cocina, la herrería ya está abierta, pues el herrero, don César, es uno de los primeros en llegar. Don César conoció si evangelio gracias a su esposa Beatriz. Ella lo atrajo con su tierno amor a los brazos del Salvador y oró mucho por su espeso, para que entregara su corazón a Jesús.

Hace varios meses Beatriz enfermó gravemente. El diagnóstico era reservado y delicado. Tenía un tumor cerebral del cual fue operada, quedando en un estado delicado y nada alentador. Cuando la conocí casi no hablaba, pero visitarla, tocar su mano, orar con ella y acompañada fue una experiencia inspiradora.

Los que unieron la alegría de conocerla antes que yo, comentaban que muchas personas conocieron a Dios gracias a su trabajo y entrega misionera. Muchos, en el TAU, la recuerdan como la “Dorcas del kilómetro 32″. Hoy descansa en el señor, pero se fue con mucha paz y esperanzada en el regreso de su amante Salvador. El día de su sepelio los vecinos de la zona se acercaron para orar por la familia.

Ver a don César llegar cada mañana en su bicicleta es una inspiración. Abre la herrería y siempre está contento. Cada sábado llega con su Biblia en la mano para adorar al Señor. Esto nos muestra que las obras de Beatriz siguen después de ella.

Amiga, Dios nos ha encomendado una tarea, y todo lo que hagamos para cumplirla contará con su bendición. Cuando ya no estemos en este mundo porque la muerte nos haya ganado la partida, descansaremos de nuestros trabajos, pero nuestras obras permanecerán. No dejemos de “echar nuestro pan sobre las aguas”. Dios permitirá que después de mucho o poco tiempo volvamos a encontrarlo para vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario