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martes, 9 de diciembre de 2014

Matutina de Adultos: Diciembre 9, 2014

Dios todavía sigue liderando -5


Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. Isaías 48:17.



El adventismo al sur de California, a mediados de 1905, había llegado al final de su “soga” financiera. No obstante, después de la compra de tres propiedades importantes, Elena de White ahora recomendaba una cuarta.

Las condiciones de compra de la propiedad de Loma Linda eran un depósito de 5 mil dólares (con vencimiento el 15 de junio), con sumas iguales el 26 de julio, el 26 de agosto y el 31 de diciembre; los 20 mil dólares restantes vencerían en tres años. Pero, como ya sabes, no había dinero a la vista. Verdaderamente la fe, en este caso, se basaba en cosas “que no se ve[n]” (Heb. 11:1)… salvo en visión.

Mientras tanto, la señora de White visitó por primera vez la propiedad de Loma Linda el 12 de junio.

–Guillermo –dijo al bajar del tren que la llevó–, yo ya estuve aquí antes.

–No, mamá –respondió él–, nunca estuviste aquí antes.

–Entonces, es este mismo lugar el que el Señor me ha mostrado –dijo–, porque conozco todo esto.

Ella no tenía ninguna duda en su mente. Dirigiéndose a los líderes de la iglesia que examinaban la propiedad, declaró: “Debemos conseguir este lugar”. Mientras el grupo evaluaba los edificios y los terrenos, Elena de White declaró repetidas veces: “Este es exactamente el lugar que el Señor me mostró”. Y, cuando ella y Burden entraron en el edificio de recreación, proféticamente afirmó: “Este edificio será de gran valor para nosotros. Se establecerá una escuela aquí […] Battle Creek está en decadencia. Dios restablecerá su obra médica en este lugar” (ver A. L. White, Ellen G. White, t. 6, p. 18).

Pero, las palabras y las visiones no son dinero en efectivo. No tenían más que tres días para reunir lo que faltaba de los primeros 5 mil dólares o perderían la opción de la propiedad y los mil dólares que Burden había depositado.

Ahora bien, esta es una propuesta para los débiles de corazón. ¿Cómo respondemos ante la vida cuando las cosas se ponen ajustadas? Con solo tres días de margen y sin dinero en el horizonte, lo más sensato hubiese sido darse por vencidos y decir que ya habían hecho suficiente. Pero, entonces está el paso de fe. En algún lugar se nos dice que “la oración mueve el brazo de la Omnipotencia”. Y así es. Así fue en Loma Linda, como veremos durante los próximos dos días, y puede ser así en tus cuestiones personales. Nuestro Padre incentiva la fe y la recompensa.

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