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lunes, 15 de diciembre de 2014

Matutina de Adultos: Diciembre 15, 2014

Crecimiento misionero incomparable: 1900-1950 -2


En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta. Ezequiel 17:8.



Para 1900, el rápido crecimiento se había convertido en la modalidad adventista. Sus raíces se habían fijado, sus ramas se habían establecido, y comenzó a producir abundantes frutos alrededor del mundo.

En 1890, el adventismo tenía 255 obreros evangélicos y 27.031 miembros en los Estados Unidos, y 5 obreros y 2.680 miembros en el exterior. Para 1910, las estadísticas estadounidenses muestran 2.326 obreros evangélicos y 66.294 miembros, mientras la feligresía fuera de los Estados Unidos estaba en 38.232, atendida por 2.020 obreros. Dos décadas más tarde, las cifras eran de 2.509 obreros y 120.560 miembros en los Estados Unidos, y 8.479 obreros y 193.693 miembros en el extranjero. Para 1950, la cantidad de obreros evangélicos en los Estados Unidos estaba en 5.588 y la feligresía en 250.939. Las cifras de los no estadounidenses eran de 12.371 y 505.773.

Esos números, bastante asombrosos, indican no solo un crecimiento rápido sino un cambio en la proporción de adventistas fuera de los Estados Unidos. A mediados de la década de 1920, la iglesia llegó al punto en que tenía más miembros fuera del continente de su nacimiento que adentro. Así que, la iglesia no solo predicaba en todo el mundo sino además fue el comienzo de su internacionalización, un proceso que todavía está en marcha.

Algunas de las implicaciones de la internacionalización ya se estaban evidenciando para 1900. Una era la expansión de las bases nacionales para enviar misioneros al extranjero. Si bien esa práctica había comenzado durante el siglo XIX, conscientemente Daniells trató de fomentar más el adventismo en países como Alemania, Inglaterra y Australia, con la intención de convertirlas en bases nacionales más fuertes para una mayor expansión.

En las primeras décadas del siglo XX, la iglesia alemana, bajo el liderazgo de L. R. Conradi, promovió el adventismo en Medio Oriente y África Oriental. Mientras tanto, los misioneros australianos difundieron rápidamente el mensaje en gran parte del Pacífico Sur. Y el adventismo británico, con el imperio mundial de su nación y su tradición misionera fuertemente desarrollada, avanzó rápidamente para implantar el adventismo en muchas partes del mundo. A medida que progresaba el siglo, cada vez más misiones, tanto en países desarrollados como en subdesarrollados, se transformaban en asociaciones, que podían funcionar como bases nacionales para más centros de extensión misionera.

Paso a paso, Dios todavía estaba guiando a su pueblo.

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