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sábado, 22 de noviembre de 2014

Matutina de Menores: Noviembre 22, 2014

Por todo el mundo


“Esta buena noticia del reino será anunciada en todo el mundo, para que todas las naciones la conozcan; entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14)



-Dime, ¿cómo es que dirigir un club de Conquistadores es un modo de predicar el evangelio, y dónde exactamente queda Pohnpei?

Por supuesto, él iba a hacer mucho más que simplemente dirigir el club de Conquistadores durante el año que iba a pasar en Pohnpei como estudiante misionero. Pero, esas eran el tipo de cosas que preguntaban los amigos de Bruno Earhardt.

La vida en Pohnpei, una isla del Pacífico, resultó ser excitante para el joven universitario norteamericano. Antes de que él y los otros estudiantes misioneros se dieran cuenta, el año ya estaba terminando. Pronto habrían regresado a sus respectivos países. Pero por ahora estaban disfrutando del último campamento. Era el anochecer del segundo día y los jovencitos estaban jugando a “la toma de la bandera” a la luz de la luna cuando Bruno y sus amigos decidieron dar un paseo por la playa.

Mirando más allá del afilado arrecife mientras caminaban por la orilla, uno de los estudiantes misioneros vio el casco roto de un barco carguero japonés, que había quedado encayado durante la Segunda Guerra Mundial.

-Es escalofriante, ¿no?, el esqueleto de ese barco. Nadie querría estar allá afuera en una noche como esta.

-Oh, no. El viernes, a un barco pesquero se le atascó la hélice en aquellos corales.

-Y los tiburones- agregó una de las jóvenes-. No se olviden de los tiburones.

Nadie que hubiese vivido en la isla (por más que fuese por poco tiempo) podría olvidar los tiburones sedientos de sangre que rondaban los arrecifes en busca de comida.

Bruno pensó en todas las personas que había conocido en la isla. En unos días se estaría yendo, y estaba contento de volver a casa. Sin embargo, se llevaba hermosos recuerdos que lo acompañarían dondequiera que fuese. “En todo este asunto de ser misionero, no estoy seguro de quién se lleva la mejor parte, si las personas a quienes sirves, o tú, por lo mucho que ellas te ayudan a ti”, pensó.

(Continuará…)

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