Buscar...

sábado, 22 de noviembre de 2014

Matutina de la Mujer: Noviembre 22, 2014

El lenguaje de las manos


“Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”. Proverbios 31:19, 20.



Una noche soñé que estaba caminando por una playa. A mi lado iba una mujer que marcó mi vida de manera significativa, única: mi madre. Hacía pocos meses se había ido al descanso, con una sonrisa en sus labios. Había sido una guerrera en el Señor, una inspiración para mi vida. En mi sueño la veía joven, con su rostro redondeado, rebosando salud, y sus manos, seguras y firmes, tomaron las mías. Vi esas mismas manos que guardaba en mi recuerdo, rugosas, ásperas, cansadas, ahora renovadas, suaves, aterciopeladas. Y en su rostro una sonrisa, cándida y serena. Me quedé impresionada y a la vez agradecida por aquella imagen del sueño. Entonces, inevitablemente, vinieron a mi mente escenas de mi niñez.

Recordé aquellas noches de invierno cuando, junto al fuego, los tres hermanos buscábamos el lugar de privilegio junto a ella y con sus manos nos acariciaba, rascaba o daba masajes en la espalda. Esas manos tenían una característica muy especial: eran manos laboriosas, de trabajo constante, marcadas por la azada de la huerta, por el lavado manual de la ropa, por la falta de artículos de tocador que las mantuvieran cuidadas. Sus manos eran ásperas, pero para mí eran y son el ‘mayor símbolo de amor, cuidado y servicio desinteresado.

Amiga, mira tus manos. ¿Son manos suaves y delicadas? O tal vez, ¿son manos gastadas por el trabajo? ¿Qué haces con ellas? ¿Cómo las usas? ¿Qué simbolizan en la vida de tus hijos, de tu esposo, de las personas que te rodean? ¿Qué reacción provoca un movimiento de tus manos en las personas que te rodean? ¿Acaso temor, o más bien confianza?

Si al mirar tus manos no las ves tan estéticas, o tienen alguna que otra mancha de la edad, algunas arrugas o asperezas, que no sea eso lo que más te importe. Lo verdaderamente trascendente es la marca que esas manos dejan en el recuerdo de las personas que amas: marcas de laboriosidad, amor, cuidado, tiempo dedicado para satisfacer necesidades ajenas. Mira tus manos otra vez. Hazlas hoy manos hermosas, útiles, ayudadoras y dignas de ser recordadas, porque supieron amar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario