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domingo, 30 de noviembre de 2014

Matutina de la Mujer: Noviembre 30, 2014

Dios salió de compras


“Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” Mateo 6:8



Es gratificante creer en un Dios que no solo se interesa por la "Porque vuestro Padre sabe de qué humanidad en general, sino cosas tenéis necesidad, antes que por nuestras necesidades personales, vosotros le pidáis". Mateo 6:8 como si fuéramos los únicos seres del universo. Tan increíblemente interesado está que sabe cuántos cabellos tenemos, es decir, nada es tan insignificante en nuestra vida que él lo pase por alto.

Cuando nuestro Señor estuvo en la tierra lo rodearon los necesitados de salud, de un mejor estilo de vida, de aprecio, de una mejor situación económica, de compasión y amor. Jesús sanó a los enfermos, se preocupó por las mujeres, trató con ternura a los niños y regaló amor a todos. A los que tenían necesidades materiales les dijo: “No se preocupen por la comida ni por la ropa. Ustedes tienen un Padre celestial que sabe lo que necesitan. ¿No les da él comida a las aves? ¿No viste él las flores? ¡Y ustedes valen más que las aves y las flores!” (Luc. 12:22-24).

Dora Watts estaba preocupada. Había subido de peso más de lo previsto y el vestido que usaba para salir no le servía… Ni ese ni ningún otro. Se veía mal vestida y, para colmo, tampoco tenía dinero para comprar uno nuevo. Había hecho economía, pero las necesidades imprescindibles se habían llevado sus ahorros.

Un día, su esposo, Ron, la encontró llorando. “No tengo nada que me sirva ni dinero para comprar otro vestido”, fue su entrecortada explicación. Después de calmarse, oró al Señor y dejó el problema en sus manos.

Al día siguiente, sintió que tenía que ir a la ciudad a comprar un vestido. ¿Sin dinero? “Anda, Dora —insistió la extraña sensación—. Deja conmigo el problema del dinero”. Dora fue y, mientras miraba en las vidrieras ropa que no podía, comprar, apareció una amiga. “¡Qué suerte que te encuentro! —le dijo—. Vine a comprarte un regalo por lo que tú y Ron han hecho por mí. Déjame regalarte un vestido”.

Encontraron un hermoso vestido negro con cuello blanco. Dora lo usa desde hace diez años. Cada vez que se lo pone recuerda el día cuando ella y Dios salieron de compras.

Querida amiga, nada de lo que concierne a nuestro bien es demasiado pequeño para que Dios no lo note. ¡Qué Dios maravilloso!

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