Buscar...

lunes, 3 de noviembre de 2014

Matutina de Adultos: Noviembre 3, 2014

La explosión misionera adventista -2


Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. Apocalipsis 10:11.



Desde la perspectiva de la historia adventista, la década de 1890 fue un momento excelente para una explosión misionera protestante, que casi concluyó su penetración en los rincones remotos de la Tierra. Como vimos ayer, el desarrollo de la mentalidad misionera adventista a través de tres etapas había posicionado a la iglesia de modo tal que pudo aprovechar los nuevos impulsos que surgieron a través de la comunidad cristiana mayor.

Más allá de eso, los adventistas habían publicado su primer libro sobre las misiones extranjeras: Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-day Adventists [Reseñas históricas de las misiones extranjeras de los adventistas del séptimo día], el mismo año (1886) que D. L. Moody estimuló el nacimiento del Movimiento de Estudiantes Misioneros.

Más adelante, a comienzos de 1889, la iglesia envió a S. N. Haskell y a Percy T. Magan en un itinerario de dos años alrededor del mundo, con el objetivo de reconocer oportunidades, problemas y posibles emplazamientos misioneros en varias partes de África, India y el Oriente. Informaron extensamente acerca de su gira a través de las páginas de Youth’s Instructor [El instructor de la juventud] (el precursor de Insight). Así que, la misión y el servicio misionero comenzaron a captar el corazón y la mente de los jóvenes adventistas de forma similar a la que el movimiento de estudiantes no adventistas influyó en miles de jóvenes en el mundo protestante mayor.

En noviembre de 1889, el Congreso de la Asociación General dio el paso trascendental de crear la Junta de Misiones Extranjeras Adventista del Séptimo Día, “para la administración de la obra misionera extranjera” de la iglesia. Ese mismo año, la Home Missionary fundó un periódico dedicado a promocionar los diversos aspectos del servicio misionero.

El establecimiento de la Junta de Misiones Extranjeras fue más que simbólico. Proclamaba que los adventistas, al menos, estaban listos para asumir en serio su mandato misionero. Nunca más los adventistas del séptimo día retrocedieron con las misiones extranjeras. Al contrario, se los llegó a conocer por sus esfuerzos para alcanzar a todo el mundo con su mensaje especial de los tres ángeles, y por difundir no solo esto, sino también sus instituciones editoras, médicas y educativas dondequiera que iban.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario