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martes, 25 de noviembre de 2014

Matutina de Adultos: Noviembre 25, 2014

Conozcamos a Arturo G. Daniells


Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta. Filipenses 3:13, 14.



“Si he logrado algo que valga la pena en la causa de Dios, es porque en mi juventud fijé mis ojos en la meta, y […] por la gracia de Dios, nunca permití que nada distrajera mi mente o apartara mi vista de esa meta”, escribió Arturo G. Daniells casi al final de una vida larga y fructífera. Era un líder por excelencia, porque no solo conocía su meta sino también persistía en alcanzarla.

Nacido en 1858 de un padre que murió en la Guerra Civil Norteamericana, Daniells aceptó el adventismo a los diez años. Como todos los jóvenes, enfrentó la angustiante pregunta de qué hacer con su vida. Después de asistir al Colegio de Battle Creek por un año, daba clases en una escuela pública cuando recibió un llamado al ministerio.

Eso no era lo que buscaba. Sentía que no estaba preparado. Pero, como tantos a través de los tiempos, Arturo no pudo escapar a la convicción.

Daniells comenzó su ministerio en Texas en 1878, donde trabajó como secretario de Jaime y de Elena por un año. En 1886, mientras hacía evangelización, recibió un llamado para ir a Nueva Zelanda y Australia, donde trabajó como administrador eclesiástico durante catorce años. Mientras estuvo “en las antípodas”, trabajó estrechamente con Guillermo White y su madre. Él y Guillermo [Willie] crearon las estructuras que Daniells propuso en 1901 para la reorganización de la iglesia.

En 1901, Daniells fue elegido presidente de la Asociación General, cargo que conservó por 21 años; más tiempo que ningún otro presidente. En parte debido a la organización más eficaz adoptada en 1901/1903, el adventismo creció rápidamente durante su administración.

Más adelante, creó la Asociación Ministerial de la Asociación General, mediante la cual ejerció una influencia sobre una generación de predicadores jóvenes, a fin de enfatizar a Cristo y la salvación a través de él en su vida y su ministerio. Su libro Christ Our Righteousness [Cristo, nuestra justicia] revivió los temas de 1888 relacionados con la salvación; y es un clásico adventista.

Daniells era una persona con un objetivo. En eso imitó a Pablo y a Jesús. ¡Yo necesito ser esa clase de persona!

Ayúdame, Señor, hoy y cada día, a “pro[seguir] a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

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