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lunes, 17 de noviembre de 2014

Matutina de Adultos: Noviembre 17, 2014

Misión a los afroamericanos -1


Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Gálatas 3:26.



Un aspecto singular de la extensión misionera adventista durante la década de 1890 fue su acercamiento a los estadounidenses de color. Aunque algunos afroamericanos participaron del movimiento millerita (incluyendo al pastor William Foy, que ocupó un rol profético de 1842 a 1844), el adventismo sabatario primitivo, mayormente, fue un movimiento de blancos. De hecho, pasó aproximadamente medio siglo después del Gran Chasco antes de que el adventismo del séptimo día se pusiera en marcha entre los afroamericanos de los Estados Unidos, con algún éxito genuino.

Los historiadores de la iglesia han calculado que existían solo cincuenta adventistas del séptimo día negros en los Estados Unidos en 1894; pero, para 1909 esa cifra había ascendido a novecientos. Ese crecimiento en la feligresía negra, básicamente, fue consecuencia de varios proyectos misioneros dirigidos a evangelizar a los habitantes de color durante la década de 1890.

En las décadas de 1870 y 1880, hubo obra esporádica entre los afroamericanos del sur, en Texas, Tennessee, Georgia y otros Estados, siendo en Edgefield Junction, Tennessee, donde se organizó oficialmente la primera congregación de personas de color. Pero los “yankies” blancos del norte no sabían cómo enfrentar los difíciles y peculiares problemas raciales del sur. No solo enfrentaron sospechas entre los blancos del sur por ser norteños (recuerda que esta gente recientemente había librado una sangrienta guerra civil relacionada con la cuestión racial), sino también estaban en un dilema en cuanto a cómo manejar cuestiones como la segregación.

Su obra, a menudo, era recibida con violencia por parte de los locales blancos, que temían que los intrusos pudieran estar predicando la “peligrosa” doctrina de la igualdad racial. Dadas las dificultades, los dirigentes adventistas finalmente concluyeron que sería mejor seguir la convención social y establecer congregaciones separadas para las dos razas. Charles M. Kinny, a quien conocimos anteriormente como el primer afroamericano ordenado como pastor adventista del séptimo día, estuvo de acuerdo con la decisión. Si bien Kinny no consideraba que lo ideal fuese separar las congregaciones, sí creía que era preferible esa solución antes que segregar a los negros a los últimos bancos de las iglesias blancas.

Señor, oramos hoy y cada día para la sanidad entre las diversas razas del mundo. Si esto no sucede en el mundo en general, ayuda a que se dé en nuestro corazón.

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