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jueves, 9 de octubre de 2014

Matutina de Menores: Octubre 9, 2014

DECIDIDO A GANAR


«En una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio» (1 Corintios 9: 24).



Para Zola Budd, su sueño de competir en las Olimpíadas de 1984 pasó a un segundo plano cuando tuvo la increíble oportunidad de conocer a su heroína,
Mary Decker. Zola, una adolescente sudafricana, tenía que luchar por su derecho a competir porque en Sudáfrica estaba vigente el apartheid, que dividía la sociedad en blancos y negros y negaba muchos derechos a los negros.Como muestra de rechazo internacional a ese sistema político, se pro­hibía a equipos sudafricanos participar en las Olimpíadas. Zola, de tez blan­ca, corría descalza y entrenaba aun sabiendo que no iba a participar.

Como tenía tanto talento, su entrenador le sugirió que fuera a Inglaterra para unirse al equipo británico. El padre de ella estuvo de acuerdo: «Es pro­bable que allí tengas alguna posibilidad. Tu abuelo era británico puedes cam­biar de nacionalidad». Zola partió hacia Inglaterra con los gastos pagados por el periódico Daily Mail. Cuando llegó, la sencilla jovencita de campo se encontró un entorno totalmente hostil; primero por parte del equipo de corredores, después por el periódico rival del Daily Mail y, finalmente, por todos aquellos que se oponían a las políticas raciales de Sudáfrica.

Un 25 de abril y con lágrimas en los ojos, Zola cruzaba la línea de meta de su primera carrera en Inglaterra, durante la que tuvo que soportar que le grita­ran groserías y levantaran carteles que decían: « ¡Basura blanca, vuelve a tu país!». Fue aceptada en el equipo británico porque ganó todas las carreras en que participó. Para ganar tuvo que crear en su mente una barrera contra las agresiones del público y las cosas que se escribían sobre ella en los perió­dicos; se concentró solo en correr. Y su coraje se afirmaba cuando mante­nía en su mente la imagen de su heroína, Mary Decker.

Tú y yo podemos aprender algo de Zola. Quizás alguien se ríe de ti o te insulta por correr la carrera hacia el cielo. Si es así, haz como Zola: no per­mitas que las palabras u opiniones de los demás te impidan terminar la ca­rrera. Tienes un héroe mucho más grandioso en el que enfocar tu mente, uno que nunca te va a defraudar: Jesús.

(Continuará…)

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