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miércoles, 22 de octubre de 2014

Matutina de Menores: Octubre 22, 2014

¿Qué hace que tu seas tú?


«Me acuerdo de la fe sincera que tienes. Primero la tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y estoy seguro de que también tú la tienes». (2 Timoteo 1: 5).



Una brisa revolvía los largos rizos de Lucy mientras ascendía la colina. Su padre, William Miller. junto con muchas otras personas, había estudiado las profecías bíblicas y había entendido que Jesús volvería a la tierra el 22 de octubre de 1944. Sabiendo que Jesús regresaría pronto, William viajó por toda Nueva Inglaterra, Estados Unidos, predicando que Jesús iba a volver. Algunas personas le creyeron; otras se reían de él y de su mensaje. Cuando llegó el día, él y su familia subieron a la colina para esperar la Llegada de su Salvador

«Hoy —pensaba Lucy—, iré a mi hogar para vivir por siempre con Jesús», y recordaba a su abuela y a su hermanita, que estaban descansando en Jesús. «¿Cómo será vivir en un mundo perfecto en el cual no existan la enfermedad ni la muerte?» Una zarza se enganchó en la enagua de Lucy y ella la desenredó enojada, pero luego sonrió. En el cielo no habría espinas ni zarzas molestas. Se detuvo y sacó los cardillos que se habían acumulado en las mangas de su vestido, ¡tampoco habría abrojos en el cielo!

Pasaron segundos, minutos y horas mientras esperaban el gran momento. Observaban atentamente cómo el sol seguía su curso y se ponía en el horizonte. Una por una fueron saliendo las estrellas. Cuando el reloj de la iglesia dio la medianoche, se lamentaron. Había pasado el día, ¡y Jesús no había regresado! Con sus corazones llenos de desánimo, fueron bajando la colina en dirección a sus hogares.

¿Qué hicieron Lucy y su familia después del 22 de octubre? Lo mismo que antes: estudiaron la Palabra de Dios para descubrir cuál era su voluntad. Por supuesto que estaban desilusionados porque Jesús no había vuelto, pero su fe les indicaba que, si había un error. lo habían cometido ellos, no Dios. Esa confianza y el estudio de la Biblia son tu herencia y la mía. Con motivo de ese gran chasco, excavaron más profundamente en la Palabra de Dios para descubrir las hermosas verdades en las cuales tú y yo creemos: las mismísimas verdades que hacen que tú y yo seamos adventistas del séptimo día.

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