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viernes, 31 de octubre de 2014

Matutina de la Mujer: Octubre 31, 2014

Construyendo vínculos


“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. Gálatas 6:10


 
Manteniendo el espíritu del consejo que Pablo dio a las iglesias de Galacia, referido a los ‘ miembros de la familia de la fe”, podemos extender la aplicación, sin equivocarnos, también a los miembros de nuestra familia biológica.

Cuando nos casamos con un hombre al que amamos y elegimos para vivir el resto de nuestra vida, automáticamente nos casamos con una familia a la que también tenemos que aprender a amar, respetar, considerar, y con la que tenemos que relacionarnos y aprender a convivir.

Cuántos malos entendidos, momentos amargos y de discordia se evitarían si tan solo aprendiéramos el sabio manejo de la buena comunicación para limar asperezas y aceptar las diferencias, que pueden ser por temperamento, culturales, debidas a la edad, por pertenecer al mismo o diferente género…

La situación es mucho más complicada cuando las diferencias se generan en celos, envidias, chismes, rencor o simples comparaciones. El chisme es un verdugo dentro de las relaciones familiares, pues va minando los vínculos hasta destruirlos y aniquilarlos.

Si estás viviendo un momento de distanciamiento con tus seres amados o con tu familia política o de segundo grado, no dudes en buscar a Jesús para que te dé los sentimientos de paz y amor que necesitas para saber perdonar o pedir perdón.

En la familia se construyen o destruyen relaciones y vínculos. No seas tú el arma que destruya las relaciones en tu familia, ni la que rompa esos vínculos sagrados de sangre o afecto. La célula de la familia, el matrimonio, es una institución dada por Dios al hombre en el Edén. Con esa institución nos dio la gran responsabilidad de mantenerla sana y fuerte. Y si alguna relación o vínculo se ha roto, sé la pala que recoja los escombros para reciclarlos, retroalimentarlos y construir una nueva relación, basada en un nuevo cimiento: la roca que es Cristo Jesús.

Amiga, pocas cosas hay más difíciles que construir y mantener buenas relaciones familiares. Para ello debemos vivir de rodillas y pedirle humildemente a Dios que nos ayude en esta misión. Y él lo hará.

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