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martes, 30 de septiembre de 2014

Matutina de la Mujer: Septiembre 30, 2014

Caminando también se llega


 ‘Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán al como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:31.



¡Buena noticia! En el viaje de la vida cristiana puedes correr o caminar. Ambas maneras son aceptables; las dos te llevan a la meta. La Biblia habla de los que corrieron y de los que caminaron, y a ambos los presenta como triunfadores. El apóstol Pablo terminó la ca­rrera con gozo. Finalizó el viaje, llegó a la meta. De Enoc se dice que caminó con Dios durante trescientos años también llegó.

¿Qué significa caminar con Dios? Progresar, avanzar, dirigirse a un destino y llegar a él. No se habla de detenerse o rendirse. Es viajar a un ritmo constan Es estar en armonía con Dios, hablar a una voz y vivir en comunión con él.

El profeta Amos explica lo que significa andar con Dios como sigue: “¿Andar dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:3). La versión Dios habla hoy) traduce: “Si dos caminan juntos, es porque están de acuerdo”. Para caminar con Dios debemos estar de acuerdo con Dios.

Algunos tenemos el hábito de la impuntualidad, pero una cosa es llegar tarde a una reunión informal con los amigos, y otra es llegar tarde a una cita con Dios Y nosotros hemos concertado una cita con Dios.

A veces me parece oír al Señor decirme: “Aquí estoy para nuestra cita. ¿Dónde estás? Deseo hablar contigo esta mañana. ¿Tienes un momento para mí? Tienes tiempo para el periódico, el teléfono, la televisión, el correo electrónico, pero no tienes tiempo para orar, estudiar la Biblia, hablar conmigo… Deseaba hablar contigo durante el almuerzo, pero tu oración fue muy rápida. ¿Dónde estás? ¡Tenemos una cita!”.

¿Estás caminando con Dios? ¿Agradas al Señor? Dios desea caminar contigo y revelarte los planes y propósitos que tiene para tu vida.

Amiga, te animo a caminar con Dios. Dedícale tiempo cada día, todos los días, y que este sea tu cántico diario:

Ando con Cristo, somos amigos, y mantenemos fiel comunión; ya de su lado nunca me aparto; cuánto me alienta su comprensión.

Ando con Cristo, somos amigos, todas mis cuitas las llevo a él.

Ando con Cristo, marcho a su lado, oigo la suave voz de Emanuel.

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