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martes, 16 de septiembre de 2014

Matutina de Adultos: Septiembre 16, 2014

Dos clases de justicia -4


Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Romanos 3:20.



La enseñanza bíblica parece ser bastante clara. La función de la Ley es mantener en pie el ideal de Dios y hacer notar nuestro pecado cuando no cumplimos con ese ideal. La Ley, dice claramente Romanos 3:20, no tiene absolutamente ningún poder para salvar. Eso es totalmente cierto. ¡Pero! Pero, si yo creo realmente que la justificación es por gracia mediante la fe, sin las obras de la Ley, entonces, ¿qué pasa con la Ley?

¡Buena pregunta!

El temor era que la minimización de la Ley terminara acabando con el sábado, que motivó las fuerzas de Smith y Butler en la era de 1888.

Escuchemos a Butler sobre el tema. En un artículo titulado “La justificación de la ley cumplida por nosotros”, observó que “hay un sentimiento que predomina en casi todas partes”, que es agradable pero peligroso: “‘Solo cree en Cristo, y vas a estar bien’ [...]. Jesús lo hace todo”. Esa enseñanza, proclamó, “es una de las herejías más peligrosas del mundo”. La razón de ser del mensaje del tercer ángel, enfatizó, es “la necesidad de la obediencia a la Ley de Dios. ‘Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús’ ”. El mundo cristiano, agregó Butler, estaba perdiendo rápidamente esa verdad, y los adventistas necesitaban exaltarla.

Ahí lo tenemos. Demasiado de Cristo y su justicia, temían algunos, acabaría con la Ley, la obediencia y la necesidad de justicia humana.

Ese temor estaba en la médula de la reacción de las enseñanzas de Jones y Waggoner en Minneápolis.

Los dos bandos tenían dos perspectivas muy diferentes. Para los reformadores, las palabras y las frases clave eran “Cristo”, “fe”, “justificación por la fe”, y términos relacionados con la justicia de Cristo. El grupo de Smith/Butler, por otro lado, enfatizaba el “esfuerzo humano”, las “obras”, la “obediencia”, la “Ley”, los “Mandamientos”, “nuestra justicia” y la “justificación por obras”.

Esos dos énfasis son bien visibles en el adventismo, 120 años después de Minneápolis. ¿Tienen que ser mutuamente excluyentes? ¿Por qué sí o por qué no?

¿Cuál es tu postura en estos temas? Piénsalo. Analízalo con tu familia y con tus amigos.

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