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sábado, 13 de septiembre de 2014

Matutina de Adultos: Septiembre 13, 2014

Dos clases de justicia -1


Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? [...]. Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Mateo 19:16, 17.



Los adventistas, a lo largo de los años, han oído mucho acerca de la cuestión de la justificación por la fe en el Congreso de la Asociación General de 1888. Pero ¿qué enseñaban Jones y Waggoner en realidad? Y ¿qué posturas de Smith y Butler necesitaban corregirse? Pasaremos varios días considerando las respuestas a esas preguntas.

Quizá la mejor forma de introducir el tema sea mediante los editoriales de Urías Smith en la Review de enero de 1888. En un artículo del 3 de enero titulado “El punto principal”, afirmaba que el objetivo de los pioneros adventistas era anunciar la última proclamación de la Segunda Venida y “llevar a las almas a Cristo mediante la obediencia a esta verdad de prueba final. Este era el único punto objetivo de todos sus esfuerzos; y el fin buscado no se lo consideraba ganado a menos que las almas se convirtieran a Dios y que llevara a buscar, a través de una obediencia inteligente a todos sus mandamientos, una preparación del Señor del cielo”. Smith unió “El punto principal” con el mensaje del tercer ángel, subrayando la palabra “guardar” al citar Apocalipsis 14:12: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.

Debemos detenernos aquí por un momento. Piensa en esto. ¿Cómo llega la gente a Cristo? ¿Mediante la obediencia, como afirma Smith? ¿O por algún otro método?

Este énfasis vuelve a aparecer en su último editorial de enero de 1888, “Condiciones de vida eterna”. Basó sus comentarios en la pregunta del joven rico a Cristo: “Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” La respuesta bíblica, proclamó Smith, podría resumirse en una proposición como “arrepiéntete, cree, obedece y vive”. Afirmaba que esa era la respuesta de Jesús. Al fin y al cabo, ¿no le dijo al joven rico: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”?

Smith siguió señalando que “el problema con la justicia de los fariseos” era que no habían alcanzado un grado aceptable de “carácter moral” en relación con la “Ley moral”.

Al seguir la falsa pista de José Bates sobre el significado de la historia del joven rico, Smith y sus colegas estaban sumidos en el legalismo. Aún no habían descubierto la relación neotestamentaria entre la Ley y el evangelio.

Algunos de nosotros, y me incluyo, hemos luchado fuertemente con el mismo tema. Pero, espera. De eso se trata 1888.

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