Buscar...

domingo, 3 de agosto de 2014

Matutina de Menores: Agosto 3, 2014

Un pequeño regalo


«Lo que me enviaron fue como una ofrenda de incienso perfumado, un sacrificio que Dios recibe con agrado» (Filipenses 4:18)



Cuando le hablé a una persona amiga acerca del gran donativo que había hecho Stephen Sanders, ella me contestó: «Es muy fácil para alguien como Sanders dar su fortuna a los pobres y quedarse con unos míseros diez mi­llones para él. Eso no es un gran sacrificio».

Si estás de acuerdo, permíteme hablarte de otro hombre a quien llamaré R. B. (utilizo sus iniciales para que la gente codiciosa no trate de aprovecharse). El vive en Estados Unidos, y también fue pobre, aunque no tanto como Ste­phen. Desde niño, R. B. ha sido adventista, y muy pronto en su vida aprendió que el secreto de la felicidad reside en ayudar a los demás. Comenzó un peque­ño negocio de venta de casas rodantes. Se casó y tuvo hijos. Al prosperar su negocio, reconoció que todo lo que tenía era de Dios, y que el Señor podía usarlo cada vez que lo necesitara. Cuando su congregación necesitó cons­truir un nuevo templo, él dio su tiempo y su dinero. Cuando la academia ne­cesitó un nuevo autobús, el aportó todo lo que pudo. Si una familia necesita­ba comida y techo, él abría su propio hogar. Sin importar el tipo de necesidad, si R. B. tenía el dinero, lo daba.

«Cuanto más daba, más me devolvía Dios —explicó R. B. a un amigo—. Dios me devuelve dos dólares por cada dólar que yo dono. Parece un juego entre nosotros: ver quién le da más al otro».

La mayor parte de sus donativos fueron entregados en forma secreta, así que la prensa nunca se enteró de ellos. Sanders dijo que su felicidad surgió como resultado de despojarse de su carga. R. B. describe su gozo como un pasatiempo que se lleva a cabo entre él y Dios.

Aunque ambos disfrutan de paz y felicidad por compartir su fortuna, R. B. ha disfrutado de toda una vida de entrega, comparada con el gozo de San­ders que constituye una reciente experiencia. ¿Cuál de los dos hombres crees que ha recibido la mayor recompensa? ¿Puedes comenzar hoy un programa de ayuda a los demás? ¿O esperarás a ganar tus primeros miles o tu primer millón?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario