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miércoles, 6 de agosto de 2014

Matutina de la Mujer: Agosto 6, 2014

Espejos para nuestros hijos


“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre” Salmo 127:3



Los niños identifican a los padres, especialmente al padre, con Dios. Ellos aprenden a amar, a conocer y a obedecer a Dios según la relación que tienen con sus padres. Descubren la naturaleza y realidad del amor espiritual cuando experimentan el amor de sus padres hacia ellos.

Mientras veía crecer a mi hijito de dos años me preguntaba si le estaba mos­trando bien a Dios. Yo leía muchos libros y artículos acerca de cómo enseñar a los hijos el amor de Dios, pero no estaba segura de que mi pequeño Mati estuviera aprendiendo bien. Una mañana, mientras hacíamos el culto, hablábamos del cielo, de lo hermoso que será estar allí, de los animales con los que vamos a jugar y de que Jesús nos vendrá a buscar muy pronto. En ese momento, Mati me hizo una pregunta que despejó mi duda: “Mami, ¿Jesús va a venir a buscarnos en auto?”. Entonces entendí que mi hijo identificaba a Dios con su papá. El veía cómo su papá lo buscaba y lo llevaba a todas partes en auto, y dedujo que Jesús vendría a buscarlo del mismo modo.

Como padres de niños pequeños representamos a Dios ante ellos y es nuestro deber mostrarles el amor del Padre celestial en nuestras acciones, actitudes y palabras en el hogar, en nuestro constante trato con ellos.

Elena G. de White escribió: “Padres, recuerden que su hogar es una escuela en la cual sus hijos han de ser preparados para las moradas de arriba. Niéguenles todas las cosas pero no les nieguen la educación que deberían recibir durante sus primeros años. No les permitan manifestar su enojo. Enséñenles a ser bondadosos y pacientes. Enséñenles a ser considerados con otros. Así los prepararán para un ministerio superior en las cosas de la religión” (Conducción del niño, cap. 1, p. 20). “El hogar debería ser una escuela preparatoria donde los niños y los jóvenes se ca­paciten para servir al Maestro, el cual los ha de preparar para unirse con la escuela superior en el reino de Dios” (ibíd).

Querida amiga, seamos madres, docentes o maestras de Escuela Sabática de niños, pidámosle a Dios que nos ayude a recordar que somos un referente de Dios para los niños que nos observan.

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