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jueves, 14 de agosto de 2014

Matutina de Adultos: Agosto 14, 2014

Persecución dominical por todos lados


Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5:10.



Durante la década de 1880, la legislación dominical y la persecución aumentaron en fuerza y magnitud. El problema emergió en forma explosiva en California en 1882, cuando la cuestión del domingo se convirtió en un tema importante en las elecciones de los Estados. Las consecuencias afectaron a los adventistas, cuando las autoridades locales arrestaron a Guillermo C. White por hacer funcionar la Pacific Press en día domingo.

Aunque California pronto repelió su ley dominical, la amenaza de leyes similares en toda la Nación impulsó a los adventistas del séptimo día a la acción. Quizá su medida más importante fue establecer lo que llegó a ser el American Sentinel of Religious Liberty [Centinela Norteamericano de Libertad Religiosa] (ahora llamado Liberty [Libertad]) en 1884, con la intención de encabezar la lucha contra la legislación dominical.

La escena de acción se trasladó a Arkansas en 1885. Entre 1885 y 1887, el Estado tuvo 21 casos relacionados con la profanación del domingo. Todos los casos, salvo dos, habían incluido a observadores del sábado; y las autoridades habían liberado a los acusados de esos dos casos sin fianza, y desestimaron sus casos. Sin embargo, para los adventistas, la fianza iba de 110 a 500 dólares cada una; una dura multa en una época en que un trabajador ganaba, aproximadamente, un dólar diario.

A. T. Jones concluyó que “no podría haber una demostración más clara de que la ley era usada solo como medio de desahogar despechos religiosos contra una clase de ciudadanos inocentes de todo delito, que solo profesaban una religión diferente de la de la mayoría”.

A finales de 1885, el eje central de la legislación dominical cambió a Tennessee, donde las autoridades arrestaron a una cantidad de adventistas a fines de la década de 1880 y a comienzos de la de 1890. Algunos, incluyendo pastores, trabajaban en cuadrillas, como delincuentes comunes.

El entusiasmo escatológico de los adventistas se intensificó en 1888, cuando el cardenal católico romano James Gibbons se unió a los protestantes, al elevar una petición al Congreso en favor de la legislación dominical nacional. Los protestantes estuvieron más que dispuestos a aceptar esa ayuda. “Cada vez que ellos [los católicos romanos] estén dispuestos a cooperar para resistir el progreso del ateísmo político”, proclamó el Christian Statesman [Estadista cristiano], “con gusto nos uniremos a ellos”.

La libertad religiosa es un don precioso. Debemos apreciarla y usarla, mientras todavía la tenemos.

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