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lunes, 28 de julio de 2014

Matutina de Menores: Julio 28, 2014

La ayuda está en camino


«El Señor, el Dios de ustedes, les entrega esta tierra. Adelante, pues, y ocúpenla tal como lo ha dicho el Señor, el Dios de sus antepasados. No tengan miedo ni se desanimen» (Deuteronomio 1: 21).



Los bomberos y la policía llegaron en cuestión de minutos. Los reporte­ros de prensa y televisión los siguieron, además de toda una oleada de vo­luntarios. Todos tenían ideas respecto a cómo rescatar al jóven. Le tiraron una soga, una larga vara con un gancho de metal… todos los intentos fra­casaron. Llamaron a un grupo de rescate para que evaluara la situación. Al principio los ingenieros sugirieron perforar un túnel para llegar hasta él, pero al estudiar la formación rocosa descubrieron que un equipo de gran peso podría provocar un derrumbe, y Morris moriría antes de que pudieran alcanzarlo.

Otro equipo de rescate fue llevado por avión al lugar, pero ninguno era lo suficientemente delgado como para llegar hasta Morris y colocarle un arnés. Una enfermera voluntaria llegó a pocos metros de distancia del mu­chacho, pero luego sintió pánico y hubo que sacarla de allí. Los expertos estaban frustrados. El chico se encontraba a unos veinte metros de la en­trada de la cueva. Desearían que hubiera caído con la cabeza hacia los rescatistas, o que tuviera los brazos libres, o que tuviera un cinturón sólido, o ropa lo suficientemente fuerte como para permitir el uso de un gancho.

—Apuesto a que uno de nuestros hijos podría ayudar a ese niño —le comentó Andy Ulrich a su esposa. La pareja tenía ocho hijos, todos fuertes y ágiles.

—No sé —contestó ella—, con tanta gente quizá lo único que harían es estorbar.

En la mañana, cuando Andy encendió el radio de su auto en camino al trabajo, supo que Morris continuaba atrapado en la cueva y decidió actuar. Sus hijos Michael, de quince años, y Gerald de doce, eran menudos y fuer­tes. Si alguien podía llegar a Morris eran ellos. Una hora más tarde, llegaron a la cueva para ofrecerse como voluntarios.

Después de explicar su idea a los responsables del rescate, surgió una discusión. Los expertos estaban renuentes a enviar a los dos chicos a la grieta. Ellos también podrían atascarse, creando una situación aún peor.

(Continuará…)

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