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miércoles, 30 de julio de 2014

Matutina de Adultos: Julio 30, 2014

¿Cuál es la autoridad de la Asociación General? -7


Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Hebreos 13:17.



¿Cuál es su autoridad ideal?

Ayer escuchamos que Elena de White se quejaba del estilo de administración de la Asociación General cuando en realidad esta representaba solo la autoridad del presidente. Cinco años después, ella comentó que “el carácter sagrado de la causa de Dios ya no se cuenta en el centro de la obra. La voz de Battle Creek, que ha sido considerada como autoridad para aconsejar cómo debería hacerse la obra, ya no es la voz de Dios” (Carta 4, 1896). Un análisis cuidadoso de estas declaraciones indica que se refieren a acusaciones vinculadas a cuando la Asociación General no actuaba como cuerpo representativo; cuando su autoridad para tomar decisiones estaba centralizada en una sola persona o en pocas; o cuando la Asociación General no había estado siguiendo principios sólidos.

Esa conclusión se alinea con las declaraciones de Elena de White a través del tiempo. De hecho, ella habló específicamente y al punto, en un manuscrito leído frente a los delegados al Congreso de la Asociación General de 1909, en el que ella respondía a las actividades cismáticas de A. T. Jones, que estaba trabajando para destruir la autoridad de la Asociación General, en un intento por volver a las formas congregacionales de gobierno de la iglesia.

“A veces”, declaró a los delegados, “cuando un pequeño grupo de hombres al cual ha sido confiada la dirección general de la obra ha tratado, en el nombre de la Asociación General, de llevar a cabo planes imprudentes y de restringir la obra de Dios, he dicho que ya no podía considerar la voz de la Asociación General, representada por estos pocos hombres, como la voz de Dios. Pero esto no es decir que las decisiones de una Asociación General, compuesta por una asamblea de representantes debidamente nombrados de todas partes del campo, no deban respetarse. Dios ordenó que los representantes de su iglesia de todas partes de la Tierra, cuando están congregados en la Asociación General, tengan autoridad. El error que algunos corren el peligro de cometer consiste en dar al parecer y criterio de un hombre, o de un pequeño grupo de hombres, la plena medida de autoridad e influencia que Dios puso en su iglesia, en el criterio y la voz de la Asociación General, convocada para hacer planes en favor de la prosperidad y el progreso de su obra” (OE 505).

En el consejo de muchos está la sabiduría; y deberíamos agregar que el equilibrio del consejo de aquellos de diversas perspectivas y regiones geográficas también conduce a decisiones bien planificadas. Las decisiones de una iglesia mundial tienen protecciones inherentes, no disponibles para individuos y congregaciones.

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