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martes, 22 de julio de 2014

Matutina de Adultos: Julio 22, 2014

Una clase diferente de misionero: el caso de George King


Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra [...] así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Isaías 55:10, 11.



George King quería ser predicador. Pero, tenía un problema: no podía predicar. Su forma vacilante de hablar y su falta de educación convencieron a Jaime White de que no tenía ningún don para predicar. Pero, Elena de White, con su corazón maternal, convenció a Richard Godsmark, un agricultor que vivía cerca de Battle Creek, de que se lo llevara consigo en el invierno, para que pudiera tener un período de prueba en la primavera.

Con el incentivo de Godsmark, el joven King dedicaba su tiempo libre a predicar a las sillas vacías del recibidor. Entonces, llegó la hora del sermón de prueba en público. “Desastre” es la única palabra para la experiencia. En ese momento, Godsmark sugirió a King que predicara de una manera diferente: vendiendo libros puerta por puerta. Como resultado, comenzó a vender por las casas libritos y suscripciones a Signs of the Times [Señales de los tiempos]. Su primera semana, con un total de ventas de 62 centavos, no fue exactamente un éxito rotundo; pero, a King le gustó el trabajo.

Por otro lado, este colportor que quería predicar deseaba ver que el mensaje de los tres ángeles fuese puesto delante de la gente. Así, en el otoño de 1880, convenció a los administradores de la casa editora adventista de Battle Creek de que encuadernaran los libros de Daniel y Apocalipsis de Urías Smith en un tomo, para poder venderlos. Si ese libro incluía ilustraciones dramáticas de las bestias y otros símbolos tratados allí, estaba seguro de que podría vender el libro fácilmente.

Los administradores no estaban tan seguros, pero encuadernaron algunos ejemplares. El éxito de King asombró a todos. Al año siguiente, la casa editora sacó una nueva edición de Daniel and the Revelation [Daniel y el Apocalipsis] magníficamente ilustrada.

Dado el creciente éxito de King y de su entusiasta habilidad de reclutamiento, pronto hubo otros que ingresaron en el campo. Y, con esto, llegó a la existencia una nueva carrera adventista.

El colportaje llegó a ser una forma más de hacer que el mensaje de Dios para los últimos días llegara a las personas alrededor del mundo. Estas compraban libros, los leían y se unían a la iglesia. Por cierto que se estaba cumpliendo la promesa de Dios a Isaías. Así como envió la lluvia para bendecir los cultivos y alimentar a los pueblos de la Tierra, así la palabra impresa salió a convertir la mente y el corazón de la gente alrededor del mundo. Antes de terminar, debería señalar que compré mi primer libro cristiano de un colportor.

¿La moraleja de la historia de George King? Solo porque no podamos predicar no significa que Dios no pueda usarnos a todos.

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