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jueves, 12 de junio de 2014

Matutina de Adultos: Junio 12, 2014

Equilibrados desequilibrados


Jehová es la fortaleza de mi vida. Salmo 27:1.



La visión de la reforma pro salud de Elena de White del 25 de diciembre de 1865 no solo dio la nota para el propósito misionológico de las instituciones adventistas de salud; también integró la reforma pro salud con la teología adventista, al indicar que “la reforma pro salud es parte del mensaje del tercer ángel, y está tan íntimamente ligada a él como el brazo y la mano lo están al cuerpo humano” (TI 1:427).

Esa revelación fue útil para los adventistas en forma individual, y crucial para poner de manifiesto la conexión entre el tema de la salud y el estilo de vida y la teología del tiempo del fin de la iglesia, al indicar que así como nuestro cuerpo está unido en los aspectos físicos, mentales y espirituales, también el sistema de creencias adventistas es un todo integrado, y no una “multitud” de ideas inconexas.

Los adventistas pronto llegaron a pensar en el mensaje de salud como “el brazo derecho del mensaje”. Eso fue bueno. Pero, algunos predicadores y otros creyentes adventistas parecen haberse dejado llevar por el entusiasmo.

Por lo tanto, pocos meses después, la señora de White corrigió con cuidado cualquier impresión errónea que pudiera haber dado al escribir que “la reforma pro salud está estrechamente relacionada con la obra del mensaje del tercer ángel. Nuestros predicadores deberían enseñar la reforma pro salud; sin embargo, no deberían hacer de esta el tema principal, en lugar del mensaje. Su lugar está entre los temas que adelantan la obra preparatoria para hacerles frente a los acontecimientos presentados por el mensaje; es prominente entre ellos. Debemos emprender cada reforma con celo; sin embargo, deberíamos evitar dar la impresión de que somos vacilantes y esclavos del fanatismo” (ibíd., p. 487).

Lamentablemente, el equilibrio en la reforma pro salud ha sido difícil de lograr para muchos. Jaime White señaló que algunos, que avanzaron muy rápido en el tema, cayeron en el fanatismo, y trajeron oprobio sobre la iglesia y el tema en sí. Otros no avanzaron para nada.

Por su parte, Elena de White luchó a través de los años con los que “seleccionan declaraciones hechas con respecto a algunos artículos del régimen alimentario que son presentados como objetables, declaraciones escritas como advertencia e instrucción para ciertas personas que han entrado o estaban entrando en el mal camino. Ellos se espacian en estas cosas, y las hacen tan estrictas como es posible, intercalando sus propios rasgos de carácter peculiares y objetables en esas declaraciones y [...] hacen de ellas una prueba, y las dirigen adonde producen solo daño” (MS 3:325).

Señor, danos equilibrio en todos los aspectos de nuestra vida. Amén.

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