Matutina de Menores: Mayo 25, 2014

Lanzamiento de sonrisas

«Los ojos radiantes alegran el corazón; las buenas noticias dan nuevas fuerzas» (Proverbios 15: 30).

Las caras de las jóvenes entusiastas miraban fijamente a la ex Miss América. «Una de las cosas más importantes que las participantes de un concurso de belleza deben aprender es a sonreír —explicaba aquella deslumbrante joven de cabello castaño—. No es tan fácil como parece. Deberán sonreír cuando les duelan los pies; deberán sonreír cuando les duela la cabeza; deberán sonreír cuando se les enganche su mejor par de medias». La mujer hizo una pausa para que pudieran asimilar su mensaje. «Miss América es una embajadora de su país. Por este motivo, debe mostrarse segura de sí misma y feliz en todo momento».

Una idea interesante. Miss América debe mantener la sonrisa porque es embajadora de su país. Su sonrisa es importante para la imagen de América. Esto me lleva a plantearme una pregunta. Los hijos de Dios a menudo son llamados a ser embajadores del Rey del universo, ¿acaso no es importante que mantengan siempre la sonrisa? ¿Juzgan las demás personas a los cristianos por su alegría?

Joe, un amigo mío, inventó un juego para entretenernos mientras esperábamos a que su madre terminara de comprar en el centro comercial. Lo llama «Lanzamiento de sonrisas». Joe no sabe mucho acerca de Miss América ni de los motivos por los cuales sonríe, sin embargo, sí se ha percatado de cuán tristes y malhumoradas parecen estar las personas que caminan de arriba abajo por los pasillos del centro comercial. El juego de Joe consiste en lanzar una sonrisa a un transeúnte. Cada vez que la persona le devuelve la sonrisa, suma un punto, y lo pierde cuando no le devuelven la sonrisa.

Joe logra puntuaciones increíbles. Solo una persona de entre veinte se negó a devolverle la sonrisa. Joe se ha dado cuenta de que a la gente le resulta difícil fruncir el ceño cuando alguien se detiene a sonreírles.

Voy a darte un consejo. Solo por hoy, prueba a jugar al juego de Joe lanzando sonrisas. Como embajador de nuestro Padre celestial, sigue el consejo de la ex Miss América y sonríe. Haz hoy del mundo un lugar más feliz. Y esta noche, durante el culto familiar, comparte con los demás el resultado.