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lunes, 12 de mayo de 2014

Matutina de Adultos: Mayo 12, 2014

Y ¿quién desea organización eclesiástica?

 
Pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores. Levítico 25:10.

Y ¿quién desea organización eclesiástica?
Desde luego que Jaime White y José Bates no, a fines de la década de 1840. Ambos habían pertenecido a la Conexión Cristiana, un cuerpo religioso en el que libertad significaba estar libre de estructuras eclesiásticas y de cualquier forma de organización sobre la congregación local.

Uno de sus pastores más destacados escribió, a comienzos de la década de 1830, que la Conexión había surgido simultáneamente en varias partes de los Estados Unidos a principios de la década de 1800, “no tanto para establecer alguna doctrina distintiva en particular, sino para asegurar más libertad e independencia para las personas y las iglesias en relación con cuestiones de fe y práctica, para eliminar la autoridad de los credos humanos, y los grilletes de los modos y las formas prescritos, para hacer de la Biblia su única guía, reclamando para cada hombre el derecho a ser su propio expositor, para que juzgue por sí mismo cuáles son sus doctrinas y requerimientos, y en la práctica, seguir más estrictamente la sencillez de los apóstoles y de los cristianos primitivos”.

Un historiador del movimiento resumió, en 1873, la fuerte independencia de los conexionistas de la siguiente manera: “Cuando se les preguntaba ‘¿De qué secta son?’, la respuesta era ‘De ninguna’; ‘¿A qué confesión religiosa se unirán?’ ‘A ninguna’; ‘¿Qué nombre le pondrán a su grupo?’ ‘Ninguno’; ‘¿Qué harán?’ ‘Seguiremos como hemos comenzado: seremos cristianos. Cristo es nuestro líder, la Biblia es nuestro único credo, y serviremos a Dios libres de las trabas del sectarismo’ ”.
Por decirlo de algún modo, los primeros cristianos conexionistas eran antiorganizativos. Consentían en la necesidad de una estructura en el ámbito local, pero consideraban que “cada iglesia” u organización era “un cuerpo independiente”. El ligamento que mantenía unidas las diversas corrientes de conexionistas, en gran medida, eran sus revistas. Por lo tanto, es oportuno que el movimiento pusiera el título de Herald of Gospel Liberty [Heraldo de libertad evangélica] a su primera revista. Una segunda estrategia para mantener una “unidad holgada” era las reuniones frecuentes de creyentes con ideas afines.
Fue esa clase de organización la que Bates y White llevaron a los primeros sabatarios: revistas y congresos sabatarios. No veían ninguna necesidad de contar con otras estructuras.
Ahora bien: deberíamos advertir que la libertad es una buena cosa; pero, como veremos, este no es el cuadro bíblico completo sobre el tema. Los primeros adventistas descubrieron que Dios dirige todos nuestros esfuerzos a medida que surgen las necesidades.

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