Matutina de Menores : Noviembre 8, 2017

Siembra para Jesús

Anunciaban la buena noticia por dondequiera que iban” (Hechos 8:4).

¿Te imaginas un mundo sin aves? Imagínate la ausencia de sus vivos colores, de sus revoloteos por el aire, de sus cantos que alegran la mañana… Pero ¿sabes qué? Las aves no solo son lindas, son además importantísimas para el medio ambiente. Porque hacen una labor sin la cual la naturaleza no sería tan linda como es. ¿Qué tarea? La Biblia nos da una pista de cuál es. ¿Qué te parece si lees Mateo 13:1 al 23? Es la parábola del sembrador que narró Jesús.

En el versículo 4 de Mateo 13 dice: “Al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron”. Lo que descubrimos en este texto es que los pajaritos recogen las semillas del camino para alimentarse. Algunas semillas les quedan pegadas en las patitas, en las plumas o en los picos, y durante sus vuelos van cayendo en otros lugares, extendiendo así la vegetación por todas partes. Si esas semillas caen en buena tierra, al cabo de un tiempo crecerán allí plantas, y hasta árboles. ¡Es increíble la naturaleza! Cuando Dios creó el mundo, tuvo en cuenta tantas cosas, que no sé cómo no se perdió.

Nosotros, los cristianos, somos como las aves. Sin proponérnoslo, incluso sin darnos cuenta, al igual que los pájaros vamos esparciendo por todas partes la buena semilla. ¿Cómo? Muy sencillo. Cada vez que nos alimentamos de la Palabra de Dios, va germinando en nosotros la buena semilla del evangelio. Nuestra amistad con Jesús hace nacer en nuestra personalidad el amor, el respeto, la bondad, la compasión, y todos esos frutos que el Espíritu produce en nuestro interior. Entonces, cuando salimos de casa, a la escuela o adonde sea, vamos mostrando esos frutos a todas las personas que se relacionan con nosotros.

Los demás, aunque tú no te des cuenta, ven en ti que eres diferente porque has estado con Jesús, y sienten como que una semilla especial se siembra también en sus corazones. Es la semilla del amor de Jesús que va brotando en ellos. Por eso, no dejes de sembrar para Jesús. No dejes de compartir hoy el amor de Jesús con todas las personas con las que te relaciones.