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martes, 20 de junio de 2017

Matutina de Jovenes : Junio 20, 2017

En busca de un hogar


‘Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dos de ellos; porque les ha preparado una ciudad” (Hebreos 11:14-16).


Había una vez un padre angustiado por sus hijos, al punto de correr cualquier riesgo en el afán de salvarles la vida. Es, sin duda, lo que hace todo buen padre. Así, Abdulá Kurdi dejó Kobane, su bombardeada y destruida ciudad siria, asediada por la sangre, el horror y la muerte. Y se embarcó con su esposa y sus dos hijos en una utópica travesía marítima, para llevar a sus hijos hasta Grecia. Ellos sobrevivieron a las bombas y la guerra, pero no al mar ni a las barreras geográficas y legales que los separaban del anhelado destino. Anhelaban un lugar mejor… pero no llegaron, y murieron ahogados frente a la estación balnearia turca de Bodrum.

“Llevábamos chalecos salvavidas, pero el barco se volcó súbitamente porque hubo gente que se puso de pie. Yo daba la mano a mi mujer, pero mis hijos se me escaparon de las manos”, contó Abdulá. Entre los sirios que intentaban llegar a la isla griega de Kos, murió Aylan, un niño de tres años, cuya foto (con su diminuta camiseta roja y su pantaloncillo azul), que lo mostraba yaciendo inerte en una playa, se viralizó en 2015 por el mundo, y fue el germen de una ola de indignación sobre la situación de estas personas en busca de un hogar mejor donde vivir.

Todos somos peregrinos. Como Abdulá, queremos llegar a un lugar mejor. Y no queremos ir solos: nuestros hijos, nuestra familia, nuestros amigos, nuestros amados… todos pueden estar allí.

HOY, 20 de junio, es el Día Mundial de los Refugiados. Hoy puede ser un día histórico si recuerdas que todos somos, de alguna manera, refugiados. Este mundo de Pecado no es nuestro hogar No fuimos diseñados para vivir así, ni para morir así. Ten fe, más allá de la angustia y de tu situación actual.

“NO conocemos lo que está delante de nosotros, pero sabemos que tenemos el Privilegio de entregar nuestras almas a Dios como nuestro fiel Creador. Agradezcámosle por tener un refugio en la tribulación. Recordemos que Cristo es una ayuda presente en todo tiempo de necesidad. Las promesas de la Palabra de Dios son ricas, plenas y gratuitas. Dios está con nosotros, cuida de nosotros” (Elena G. de White, Alza tus ojos, p, 140). PA

En busca de un hogar

‘Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dos de ellos; porque les ha preparado una ciudad” (Hebreos 11:14-16).

Había una vez un padre angustiado por sus hijos, al punto de correr cualquier riesgo en el afán de salvarles la vida. Es, sin duda, lo que hace todo buen padre. Así, Abdulá Kurdi dejó Kobane, su bombardeada y destruida ciudad siria, asediada por la sangre, el horror y la muerte. Y se embarcó con su esposa y sus dos hijos en una utópica travesía marítima, para llevar a sus hijos hasta Grecia. Ellos sobrevivieron a las bombas y la guerra, pero no al mar ni a las barreras geográficas y legales que los separaban del anhelado destino. Anhelaban un lugar mejor… pero no llegaron, y murieron ahogados frente a la estación balnearia turca de Bodrum.

“Llevábamos chalecos salvavidas, pero el barco se volcó súbitamente porque hubo gente que se puso de pie. Yo daba la mano a mi mujer, pero mis hijos se me escaparon de las manos”, contó Abdulá. Entre los sirios que intentaban llegar a la isla griega de Kos, murió Aylan, un niño de tres años, cuya foto (con su diminuta camiseta roja y su pantaloncillo azul), que lo mostraba yaciendo inerte en una playa, se viralizó en 2015 por el mundo, y fue el germen de una ola de indignación sobre la situación de estas personas en busca de un hogar mejor donde vivir.

Todos somos peregrinos. Como Abdulá, queremos llegar a un lugar mejor. Y no queremos ir solos: nuestros hijos, nuestra familia, nuestros amigos, nuestros amados… todos pueden estar allí.

HOY, 20 de junio, es el Día Mundial de los Refugiados. Hoy puede ser un día histórico si recuerdas que todos somos, de alguna manera, refugiados. Este mundo de Pecado no es nuestro hogar No fuimos diseñados para vivir así, ni para morir así. Ten fe, más allá de la angustia y de tu situación actual.

“NO conocemos lo que está delante de nosotros, pero sabemos que tenemos el Privilegio de entregar nuestras almas a Dios como nuestro fiel Creador. Agradezcámosle por tener un refugio en la tribulación. Recordemos que Cristo es una ayuda presente en todo tiempo de necesidad. Las promesas de la Palabra de Dios son ricas, plenas y gratuitas. Dios está con nosotros, cuida de nosotros” (Elena G. de White, Alza tus ojos, p, 140). PA

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